Uriel Moreno ‘El Zapata’ batalló con su segundo toro de la tarde, que lo embistió en dos ocasiones y le ocasionó daños pero no de gravedad, en la segunda corrida formal de La Petatera en los Festejos Charrotaurinos de Villa de Álvarez.
Ni las dos embestidas de Ganador fueron suficientes para mermar la valentía de Uriel Moreno “El Zapata” quien resultó triunfador en la segunda corrida formal en la “Petatera” al cortar cuatro orejas y un rabo.
El torero tlaxcalteca inició bien la tarde el lidiar contra Llorón, un burel castaño, bizco de pitones, de 490 kilogramos, que encendió al público en el segundo tercio con la colocación de los tres pares de banderillas a una mano.
Al tomar la muleta, a “El Zapata” se le vio suelto, con pases naturales que incitaban al animal a tomar el engaño con gran sosiego, provocando los “oles” en la tribuna de la plaza.
La estocada final estuvo bien colocada pero el astado prolongó su muerte, lo que le valió las primeras dos orejas de la corrida concedidas por el juez de plaza.
Sin embargo, Ganador, el quinto de la tarde, un toro negro, bien puesto de pitones, le dio más problemas a “El Zapata”.
El público le pedía nuevamente la colocación de banderillas y Uriel Moreno complació al respetable intentando de nuevo la suerte, pero esta vez falló en su segundo y tercer intento.
Durante el tercer tercio, El Zapata fue pisado por Ganador, un primer aviso del burel, que después lo embistió completo y lanzó al torero tres metros en el aire, sin embargo se pudo recuperar y volver a la lidia.
A la hora de matar, Uriel Moreno perdió la concentración por unos instantes, clavó la espada pero el astado volvió a embestir y tiró al hombre al suelo y remató nuevamente. Esta vez, el Zapata sufrió una herida en la cabeza y un pinchazo en el escroto que obligó a retirarlo del ruedo.
Ante la expectativa del público, el torero, ensangrentado de cabeza y traje de luces, salió al centro de la plaza por su propio pie, renqueando, pero firme lo que causó el estallido eufórico de la gente quien se le entregó sin condiciones.
El juez de plaza no tuvo empacho para complacer la algarabía de los presentes y concedió las dos orejas y el rabo.
Joselito Adame le cortó una oreja a Interno, un toro entrepelado, capacho a quien le aplicó bien las banderillas y una buena estocada; Con Antígeno, no tuvo mayor suerte y se fue con las manos vacías.
Octavio García “El Payo”, no tuvo una buena tarde, al pinchar hasta en tres ocasiones a su primer toro y una más en el último de la lidia, mientras la gente lo despedía con chiflidos.
En su último de la tarde también sufrió una embestida del toro.
El primero de la tarde, Barbón, un toro de reserva de la ganadería Barralva, fue lidiado por el rejoneador Rodrigo Santos a manera de compensación por la primera corrida formal; el mexicano se vio bien con los rejones y clavó el de de muerte hasta la empuñadura lo que le valió una oreja y el aplauso del respetable.
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