La temperatura media anual del planeta se quedó a las puertas de superar en 1.5 grados Celsius (°C) los niveles preindustriales, una cifra sustantiva, porque el Acuerdo de París sobre el cambio climático pretende limitar el aumento de la temperatura a largo plazo (promediado a lo largo de decenios y no de un año concreto como 2023) a no más de 1.5 °C por encima de los valores de la era preindustrial.
La OMM ha tomado los valores recabados por seis importantes conjuntos de datos internacionales utilizados para monitorear las temperaturas mundiales y, tras consolidarlos, ha confirmado que en 2023 la temperatura media anual del planeta estuvo 1.45 ± 0.12 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900). Las temperaturas mundiales registradas en cada uno de los meses entre junio y diciembre marcaron nuevos récords mensuales, y julio y agosto fueron los dos meses más calurosos de los que se tiene constancia.
«El cambio climático es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad. Nadie escapa a sus consecuencias, y afecta especialmente a los más vulnerables», afirmó la profesora Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM. «No podemos permitirnos esperar más. Aunque ya se están tomando medidas, tenemos que hacer más y tenemos que hacerlo rápidamente. Debemos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables», declaró.
«Es evidente que el paso de un episodio de La Niña —y su efecto de enfriamiento— a un episodio de El Niño —y su efecto de calentamiento— que se produjo a mediados de 2023 ha influido en el aumento de la temperatura del año pasado. Los efectos de El Niño en las temperaturas mundiales suelen ser más intensos después de que el episodio haya alcanzado su apogeo, por lo que 2024 podría ser aún más caluroso», explicó.
«Aunque El Niño es un fenómeno de origen natural que se produce cíclicamente, el cambio climático a más largo plazo se está intensificando y ello se debe inequívocamente a la actividad humana. La crisis climática agrava la crisis de desigualdades. Afecta a todos los aspectos del desarrollo sostenible y socava los esfuerzos para hacer frente a la pobreza, el hambre, los problemas de salud, los desplazamientos de población y la degradación del medioambiente», dijo la profesora Saulo (Argentina), flamante Secretaria General de la OMM desde el 1 de enero de 2024.
Desde los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más caluroso que el anterior. Los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. Hasta la fecha, 2016 (marcado por un intenso episodio de El Niño) y 2020 eran los años más cálidos jamás registrados, al superar los niveles de la era preindustrial en 1.29 ± 0.12 °C y 1.27 ± 0.12 °C, respectivamente.
Tomando los valores de los seis conjuntos de datos, se ha determinado que la media decenal del período 2014-2023 estuvo 1.20 ± 0.12 °C por encima del promedio del período comprendido entre 1850 y 1900, teniendo en cuenta un margen de incertidumbre.
«La actividad humana está abrasando la tierra. En el año 2023 vimos un mero anticipo del futuro catastrófico que nos espera si no actuamos ahora. Debemos responder al aumento sin precedentes de la temperatura con medidas innovadoras», afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas, señor António Guterres.
«Todavía podemos evitar las peores consecuencias de la catástrofe climática. Pero solo si actuamos de inmediato con la ambición necesaria para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5 °C y lograr la justicia climática», declaró en un comunicado.
El monitoreo a largo plazo de las temperaturas mundiales es solo uno de los indicadores del clima y de su evolución. Existen otros indicadores clave, como las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero, el contenido calorífico de los océanos y la acidificación de sus aguas, el nivel del mar, la extensión del hielo marino y el balance de masas de los glaciares.
En la versión provisional del informe de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2023, publicada el 30 de noviembre, se constata que se han batido récords en todos los ámbitos.
Las temperaturas de la superficie del mar fueron excepcionalmente altas durante gran parte del año, y se produjeron perniciosas olas de calor marinas de intensidad severa. En la Antártida, la extensión del hielo marino fue la más baja jamás registrada, tanto para el mínimo de finales de verano (en febrero), como para el máximo de finales de invierno (en septiembre).
Estos cambios a largo plazo en nuestro clima se manifiestan a diario en las condiciones meteorológicas. En 2023, el calor extremo afectó a la salud de las personas y contribuyó a alimentar devastadores incendios forestales. Lluvias intensas, crecidas, inundaciones y ciclones tropicales que se intensificaron rápidamente dejaron un rastro de destrucción y muerte, además de cuantiosas pérdidas económicas.
La OMM publicará en marzo de 2024 la versión definitiva de su informe sobre el estado del clima mundial en 2023. En ella se facilitará información pormenorizada sobre las repercusiones socioeconómicas en la seguridad alimentaria, los desplazamientos de población y la salud.