Brahimi, el enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe, propuso tanto a las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad y a los combatientes rebeldes un alto al fuego durante la festividad musulmana del Eid al-Adha, que comienza la próxima semana.
Las autoridades sirias, que culpan a los rebeldes del fracaso de un plan de cese de las hostilidades en abril, recibieron con buenos ojos la propuesta de Brahimi pero dijeron que cualquier iniciativa debe ser respetada por ambas partes.
Unas 30.000 personas han muerto en la revuelta que comenzó con manifestaciones pacíficas y actualmente enfrenta fundamentalmente a rebeldes musulmanes suníes contra el presidente alauita, una secta minoritaria de raíz chiita.
Existen temores de que el conflicto sectario entre potencias suníes simpatizantes con los rebeldes y chiitas que respaldan a Assad se expanda en Oriente Medio.
«La crisis no podrá quedar dentro de las fronteras sirias indefinidamente. Deberá ser abordada o de otra forma se agudizará (…) y será (un conflicto) devorador», dijo Brahimi a periodistas en Beirut, luego de conversaciones con líderes libaneses.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, indicó que al menos 90 personas habían muerto en Siria para la tarde-noche del miércoles, después de que 150 murieran el día anterior.
La tasa de muertes ha trepado a 1.000 en una semana por al menos dos meses, mientras las potencias mundiales divididas han condenado el derramamiento de sangre en un conflicto que ha entrado en un prolongado punto muerto y que ha fracasado en encontrar una solución política.
El domingo, Brahimi apeló a los líderes en Irán -el aliado regional más potente de Assad- para que respalden una propuesta de un alto al fuego durante la celebración de Eid al-Adha, que se espera que comience al anochecer del 25 de octubre.
Los funcionario sirios han cuestionado si los rebeldes, quienes acordaron el martes alentar a quienes los respaldan a brindarles armas más poderosas, podrían comprometerse o cumplir un acuerdo de cese al fuego.
Pero el diplomático argelino dijo que figuras de la oposición le dijeron que cualquier alto en las hostilidades por parte de las fuerzas de Assad sería inmediatamente recíproco.
«Escuchamos de todos con quienes nos reunimos en la oposición, y de todos los demás, que si el Gobierno deja de usar la violencia ‘responderemos a esto directamente'», afirmó Brahimi a periodistas.
«Esperamos que este pequeño paso salve al pueblo sirio (…) porque están enterrando a cientos de personas cada día», aseveró.
HELICÓPTERO DERRIBADO
Activistas contrarios a Assad publicaron videos el miércoles de lo que dijeron que era un helicóptero militar sirio cayendo al suelo y explotando en llamas.
Rami Abdelrahman, jefe del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, indicó que el helicóptero había sido derribado cerca de Maarat al-Numan. «Algunos rebeldes dicen que usaron misiles antiaéreos», dijo a Reuters por teléfono desde Gran Bretaña.
En los últimos días surgieron imágenes de aficionados de rebeldes usando misiles, y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, manifestó que las armas pesadas adquiridas por los insurgentes han obligado a las fuerzas aéreas de Assad a bombardear las zonas en manos de los rebeldes desde gran altura.
«En cierta cantidad de estas zonas, Bashar al-Assad está bombardeando con jets de combate MiG, y lo que es especialmente terrible es que las está bombardeando con TNT», dijo Fabius.
«Pero al mismo tiempo, ahora hay armas que están obligando a los aviones a volar extremadamente alto, y por lo tanto los ataques son menos precisos», señaló antes de encontrarse con miembros civiles de los comités rebeldes que lideran las áreas fuera del control del Gobierno.
Francia comenzó en agosto a enviar dinero y ayuda humanitaria a las zonas en manos de los rebeldes en Siria, para respaldar su autogobierno e intentar crear una alternativa a la administración en Damasco.
Rusia, que vendió armas por 1.000 millones de dólares a Siria el año pasado, y China han vetado tres resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que buscaban condenar a las autoridades sirias y abrir el camino de las sanciones sobre Damasco.
Moscú considera que la crisis de Siria debe ser resuelta sin interferencia externa, particularmente sin intervención militar.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio, Jihad Makdissi, dijo que Damasco espera que las negociaciones de Brahimi en la región, incluidas aquellas con los países que respaldan a los rebeldes, puedan lograr «algo que conduzca al éxito de una iniciativa constructiva».
Con información de la BBC
