Colima.- “Aunque hay estudios nacionales que apuntan a que la integración educativa va bien y que cada vez hay más niños integrados con trayectorias escolares muy exitosas, niños que incluso llegan a la universidad, también señalan que en un sistema educativo que funciona mal, es difícil que la integración educativa funcione bien”, comentó Ismael García Cedillo al dictar la conferencia “Construyendo prácticas inclusivas en la Universidad”.
Esta charla inauguró las Jornadas Académicas 2016 con que la Universidad de Colima busca actualizar y capacitar mejor a su personal docente y administrativo para que forme con más calidad y de manera inclusiva a las nuevas generaciones.
La paradoja anterior, añadió el académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, reside en que los esfuerzos encaminados hacia la inclusión se realizan de manera aislada, se manejan distintos modelos, y en que “las cosas están como están porque en educación a nivel federal existe un caos absoluto”.
“La educación para personas con discapacidad ha atravesado por varios momentos y modelos, entre ellos el asistencial, que se institucionalizaban pero no para educarlos, sino para tenerlos aparte. Luego se pensó que la discapacidad era una enfermedad y se conformó un modelo de salud donde ésta se adjudicaba al sujeto, se le intervenía a él, no a la familia, y se crearon escuelas especiales”.
“Se inició con el modelo interactivo, donde se procura que los niños salgan de las escuelas especiales y estudien en las escuelas regulares, porque se empieza a generar la noción de que en las escuelas especiales no aprenden tanto, y era cierto”.
Por último, dijo que en el modelo social se espera que todos los alumnos reciban la misma educación de calidad y se habla ya de educación inclusiva.
En esta última, explicó, lo que se busca es cambiar el sistema educativo, cambiar la escuela; no busca favorecer a unos cuantos pero sí modificar la manera de trabajar de los maestros, qué enseñan y cómo; es un movimiento que trasciende la integración individual. Pero también se encuentra la educación inclusiva radical, en la que se deja de hablar de necesidades educativas especiales y se habla de barreras de aprendizaje.
“Está la coexistencia de los modelos radical y social, en los que identificamos las debilidades de los niños, pero no sólo a niños con discapacidad, sino a la diversidad; es decir, niños en situación de calle, que hablan otra lengua, que tienen VIH o que sufren de vulnerabilidad. Con esto les puedo decir que en México no estamos haciendo educación inclusiva, sino integración educativa”.
Añadió, sobre esta misma idea, que existe una gran aceptación de los niños con discapacidad; autoridades, maestros y compañeros se integran de manera adecuada. Sin embargo, a partir de secundaria, cuando ya no existe el apoyo de la mamá detrás de los pequeños, “difícilmente van a poder superar ellos y ellas este nivel educativo”.
“El problema de las universidades es que no todas han hecho adecuaciones o cambios, comenzando por que los muchachos puedan hacer el examen en condiciones de equidad”.
Pero además, no sólo están aquellos que presentan una discapacidad, sino aquellos que viven una situación vulnerable.
Una de las claves para que estos jóvenes se visualicen en la educación superior son los docentes; “si éstos están sensibilizados, si saben que atender de manera especial a un chico que vive en condiciones de vulnerabilidad no es un favor, sino que este muchacho tiene derecho a ser tratado con equidad, comenzaremos a avanzar”, concluyó.
Al finalizar la ponencia, la directora general del Centro de Desarrollo de la Familia Universitaria (CEDEFU), Alicia López de Hernández, presente en el evento, coincidió en que la integración de las personas con discapacidad y situación vulnerable se tiene que trabajar en conjunto: docentes y funcionarios: “No lo podemos hacer solos, tenemos que hacerlo en conjunto con todos ustedes y trabajar con este gran proyecto”.
Por ello, invitó a los profesores a incorporarse y trabajar en conjunto a través del programa MUSE, de alcances internacionales, “ya que para quitar estas barreras y para lograr esta inclusión –dijo– necesitamos trabajar muy fuerte de la mano”. BP