Por Edgar Cazares
*Ya es el penúltimo año de Gobierno de Ignacio Peralta Sánchez y el mandatario estatal rindió su quinto informe. Me parece que emitir una evaluación general en torno a los resultados de su administración sería adelantarnos.
Tendría que evaluarse el ejercicio que hizo del poder en su totalidad para definir, con objetividad, si valdrá la pena recordar para bien o para mal su sexenio –reducido por aquel tema de las elecciones extraordinarias-.
Pero en este caso se debe reconocer que a pesar de las múltiples adversidades que su gestión ha afrontado, Peralta Sánchez ha dado la cara y expuesto públicamente sus argumentos en la gran mayoría las decisiones que ha asumido para tratar de resolver los problemas que el Colima que le tocó administrar ha experimentado.
Porque se debe reconocer que Ignacio Peralta es un político que se preparó para gobernar no solo la capital sino al estado.
Es un personaje que opta por no abonar a las discusiones estériles, la confrontación, a las bravatas pero que asume una postura respetuosa cuando de debatir se trata.
En lo personal nunca lo he visto fuera de sus casillas y vaya que si le ha tocado enfrentar escenarios complicados que a más de uno harían explotar. No ha sido su caso. Me queda claro que para afrontar retos gubernamentales se debe tener una preparación tanto personal como académica de calidad. Y el actual gobernante estatal es una muestra de ello.
Lamentablemente, insisto, a Ignacio Peralta le tocó estar al frente de este sexenio en una de las épocas más difíciles de su historia: escasos recursos económicos, una alta deuda recibida, altos niveles de violencia productos de años y años de descuidos por parte de algunos de sus antecesores y por si lo anterior no bastase este 2020 se ha registrado una de las peores crisis de salud en la historia moderna.
La idea no es alabar su gestión, que como todo tiene sus claros y oscuros, sino subrayar que pese a todas las complicaciones se ha mostrado en gran parte de los retos públicos a la altura de las circunstancias.
Habrá que esperar un año más pues para emitir un juicio definitivo sobre sus aciertos y también sobre sus errores, sobre qué se pudo haber hecho mejor. Sin embargo lo demostrado hasta ahora nos demuestra a un político con preparación y que ha buscado en todo momento conciliar y no dividir incluso con los que no comulgan con su forma de hacer las cosas o con quienes lo critican. Esperemos pues este tramo final de su gobierno.
*Sumamente lamentable y triste el deceso de Gilbert Sánchez, un joven trabajador de un hostal de playa, quien no se la pensó 2 veces cuando vio que una mujer se ahogaba en Olas Altas. Quienes presenciaron el trágico suceso nos confiaron en que el hoy finado actuó casi por inercia cuando vio que la vida de un semejante peligraba. Y lo anterior le costó la vida.
Gran parte de la comunidad de playa, entre aficionados a este ambiente y restauranteros, hoy lamentan esta irreparable pérdida y en lo personal debo confesar que la historia me conmocionó.
Ciertamente es necesario que Manzanillo finalmente cuente con una corporación fija de rescate así como existe Protección Civil, Bomberos Voluntarios o Cruz Roja porque año con año son relatos que se repiten y que enlutan a la localidad y, también hay que decirlo aunque lo más importante es la vida de un ser humano, representa mala imagen para el puerto como destino turístico.
En paz descanse Gilbert Sánchez. Su acto heroico no debe ser olvidado pero también se debe buscar con urgencia opciones para que una tragedia así no se repita.
APUNTES DESDE LA COSTA
*En estos tiempos de pandemia y enclaustramiento, debido al COVID-19 he hecho, no totalmente pero sí en parte, las paces con la televisión, aparato que con la actual tecnología ha sido desplazado por otros dispositivos de entretenimiento.
Ya en su oportunidad hablé de los buenos momentos que me hizo pasar la serie “Last Dance” donde su protagonista, Michael Jordan, hacía gala de sus fortalezas, su alto nivel competitivo y la mano de hierro con que gobernaba la NBA allá por los años 90s.
Bueno el caso es que ahora, a recomendación de amigos, me he topado con Cobra Kai, una serie que profundiza sobre lo sucedido después sobre Karate Kid, esa película dominguera que se tornó en un clásico en los 80s.
Sea por nostalgia, porque la serie en mención nos muestra que no todos son buenos ni malos por completo o por otras razones la serie también me ha enganchado. Ya luego platicaremos de ello. Gracias por el favor de su atención.
Sus comentarios por favor a edgar.cazares.afmedios@gmail.com