ESCOLLERA / La efervescencia a su máximo nivel en el puerto

Por Edgar Cazares

*Esta semana será sin duda la de las definiciones en cuanto a las candidaturas locales. De hecho ya varios de ellos han casi cerrado un ciclo de proselitismo –aunque no se le debe llamar propiamente así puesto que los tiempos no lo permiten- con miras a ser los abanderados de diferentes fuerzas políticas.

Independientemente del tema de las coaliciones tal parece que en el PAN por ejemplo se inclinarán por Gretel Culin, en el PRI por Gonzalo Sánchez, en el Partido Verde por Guillermo Topete, por citar algunos casos.

Insisto habrá que esperar aún las decisiones que se toman en el seno de las alianzas pero los citados son las cartas fuertes de algunos de los partidos de oposición de mayor presencia en la localidad.

Lo que es un hecho es que en el caso de los mencionados han dado muestras sí de interés más no de obsesión lo que en algún momento puede dar mayores garantías de unidad y cohesión en caso de no ser los elegidos.

Y eso es dar un paso hacia adelante tomando en cuenta que en el hoy partido dominante, MORENA, traen una rebatinga que a veces pareciera ser una guerra civil por el tema de las candidaturas. El caso es que en el transcurso de la semana sabremos ya, cuando menos extraoficialmente, quiénes abanderarán cada causa.

*Dicho sea de paso. Corrió como reguero de pólvora el rumor que una vez bateada de la lista de aspirantes a la gubernatura –donde las sobrevivientes por cierto se están dando hasta con la cubeta- Griselda Martínez manifestó, a los dirigentes de su partido, su interés por una posible reelección en la alcaldía porteña. La versión no ha sido confirmada pero tampoco desmentida por la aludida.

Pero creo que sería un ejercicio justo y sano: así, en un hipotético escenario, podría quedar claro, tanto a los porteños como a la aspirante, qué tanta aceptación o rechazo infunde alguien que en términos de obras o para efectos administrativos pareciera no haber hecho peor papel que sus predecesores pero que en cuanto a cercanía, relación y trato con sus gobernados ha dejado mucho que desear.

Estaría bien que el pueblo noble y sabio tuviera esa oportunidad- o desquite, dirá más de uno-.

*¿Cuando hablan en Movimiento Ciudadano del odio de la gente –que en parte es cierto- hacia los partidos políticos también se incluirán? Porque de repente olvidan que no son propiamente una organización ciudadana –aunque su nombre así lo mencione- sino a final de cuentas un instituto político con todas las de la ley, es decir, con derechos y obligaciones ante las autoridades electorales.

Ah, y eso sí con prerrogativas y recursos –jugosos por cierto- otorgados precisamente por ser un partido político. Dicen que la diferencia entre ellos y los demás es que son un partido de ciudadanos. Pudiera ser en parte.

Pero hace unos días cuando en el puerto de Manzanillo anunciaron la suma de no pocas personalidades pude contabilizar a más de uno muy vinculado con la actividad política o como activos reconocidos de fuerzas políticas, especialmente ex panistas. Me parece que no se debe intentar ser tan purista ni aspirar a ser más papista que el papa.

A final de cuentas, a mi parecer, lo que debiera ser el MC es convencer a la gente que son un partido político diferente, que busca ser un instituto político diferente o bien hacer las cosas en el sentido opuesto a lo que los políticos tradicionales han hecho hasta la fecha.

*El fin de semana un joven aspirante a participar, a como dé lugar, en las próximas elecciones organizó un torneo “amistoso” de fútbol. Grave es que se promuevan actividades que impliquen convocatorias numerosas pero para colmo de males la justa amistosa terminó a los puños: algunos de los jugadores que participaron como rivales en la final del evento pasaron de las patadas al balón a las patadas hacia los contrarios.

El resultado: un nuevo escándalo en la carrera incipiente del aludido. Una mancha más al tigre pues. El muchacho piensa que con pura voluntad y dinero los astros se le alinearan. Pero mientras no se deje guiar o aconsejar va derecho al despeñadero.

APUNTES DESDE LA COSTA

*Tengo la ligera sospecha, por la interminable lista de deseos que el pequeño Rod ha dejado bajo su árbol de navidad, que mi vástago me ve como una especie de Carlos Slim o de Santa Claus.

He estado por momentos tentado a decirle “no creo poder con todo eso” pero me viene a la mente la enorme ilusión que a mí, a su edad, también me provocaban estas fechas: más que los propios obsequios me hacía sentir escuchado esa opción de dejarle una carta al “Niño Dios” –sí, el personaje de los regalos de nuestros tiempos, antes de que adoptáramos a Papa Noel como su sustituto en las navidades- y casi deliraba tan solo pensar que la decena de deseos que tejía en forma inocente se cumplirían al pie de la letra por haberme portado bien, según yo aunque mis padres dijeran lo contrario, durante 365 días previos.

Aprovecho el tema para hacer mi declaración de intenciones: no deseo que mi pequeño ciclón vea rota a tan temprana edad tal cúmulo de anhelos que uno se forma idílicamente en esos años maravillosos.

Le veo tan feliz y con su carita iluminada un día sí y el otro también que prefiero dejar que piense que todos sus deseos, hasta los más caros, aparecerán mágicamente en casa la mañana del 25 de diciembre. Incluyendo ese set de videojuegos que por sí solos valen casi 15 mil pesos. Soñar no cuesta nada, y sus sueños me emocionan para ser sincero. Cuesten lo que cuesten.

Gracias por su fina atención. Comentarios a edgar.cazares.afmedios@gmail.com