Por Edgar Cazares
En días recientes las autoridades federales anunciaron que la cuarentena se levantará en aquellas ciudades o municipios donde el índice de casos de COVID-19 no representen un riesgo para la salud pública o bien que los casos mantengan una marcada tendencia a la baja.
En el caso de Manzanillo desconozco qué criterio se aplicará pero lo que se haga aquí deberá ser muy bien analizado: Colima no ha sido un estado muy afectado por dicho mal pero sí se tiene que tener muy en cuenta que más de la mitad de los casos que se han registrado en territorio colimense y, lo que es peor, casi todos los decesos que ha ocasionado este padecimiento han sucedido en el puerto -7 de 8 que se han suscitado en toda la entidad-.
Claro está que en lo personal deseó ya dejar el enclaustramiento y que todo este tema del coronavirus quede atrás solo como un doloroso episodio pero debemos ser –y perdón por hablar por muchos- extremadamente cuidadosos.
Otro factor a tener muy en cuenta para la decisión que en el caso del municipio se adopte: se debe considerar que la denominada capital económica del estado experimenta un intenso fenómeno de población flotante, lo que no ha ayudado mucho para mantener esa disciplina férrea que este tipo de situaciones amerita.
A decir verdad la postura del Ayuntamiento de Manzanillo tampoco ha ayudado mucho.
Siendo el municipio que presume una estructura de salud propia no se ha visto que aquí se apliquen acciones que sí he visto en localidades más pequeñas –como Armería o Tecomán- tales como sanitización de espacios públicos o cierre simbólico –o formal- de estos mismos.
Habrá que recordar que en un principio el ayuntamiento no quiso entrarle al tema del cierre de playas para, según ésta, no vulnerar los derechos de los ciudadanos y tuvo que ser el propio Gobierno del Estado quien tomara la decisión en aras de procurar mejores cuidados para la salud pública.
No es la intención buscar culpas, ni juzgar a la comuna porteña por la crisis que se atraviesa aquí en este sentido pero, repito, la actitud de este nivel gubernamental tampoco ha ayudado mucho.
Y claro está se requiere mucha participación ciudadana.
De no tomar en serio la amenaza que representa el COVID-19 el panorama podría complicarse y entonces sí alargar la insoportable cuarentena.
En los próximos días veremos cuál es el pago o los beneficios que recibe Manzanillo y su esquema para afrontar este difícil e inédito panorama.
APUNTES DESDE LA COSTA
*Los intereses económicos parecen apresurar a muchos sectores productivos del mundo. Y en parte se entiende. El dinero nos mueve, dicho en el más amplio sentido.
Por ejemplo en Alemania este fin de semana reiniciarán las acciones de la liga de fútbol y seguramente poco a poco otras naciones a sus alrededores harán lo propio en jornadas subsecuentes. En México se cuecen habas por hacer lo mismo pero, no sé si peco de pesimista, acá se ve aún lejana la posibilidad de retomar la normalidad a pesar de que los intereses pesan mucho.
*También me he llegado a preguntar en días recientes ¿Cuándo regresemos a la supuesta normalidad como será esa nueva realidad que nos espera? Seguramente habrá cambios y muchos en nuestra forma de desarrollar nuestras actividades diarias. Esperemos estar ahí para dar cuenta de ello.
Sus comentarios por favor a edgar.cazares.afmedios@gmail.com