Por Edgar Cazares
Si la situación parecía ya difícil en torno al COVID-19 y la cantidad notoria de casos que se han registrado en Manzanillo la situación puede empeorar aún. Y no solo hablamos de la posibilidad de más casos sino lo que es peor de más muertes.
Ya habíamos citado en la entrega anterior del gran esfuerzo de la mayor parte de las autoridades para contener esta situación así como del escaso apoyo de una parte de la población. Como muestra un botón: el fin de semana pasado un ciudadano decidió oportuna y valientemente grabar –con su celular- cómo en una conocida plaza comercial de la localidad, y más específicamente en su restaurante más popular, se seguía el ritmo de vida habitual no solo con un lleno en el citado establecimiento gastronómico sino peor aún con cero medidas de seguridad, sin sana distancia y mucho menos con cubrebocas.
Es decir un auténtico caldo de cultivo o bomba de tiempo precisamente en la ciudad más afectada por el terrible mal en todo el estado. Lejos de entender lo que el denunciante quería exponer los de seguridad privada de la citada plaza –allá por los rumbos de Salagua- le reconvinieron y le exigieron que dejara de grabar.
Por fortuna el buen ciudadano no quiso llevar las cosas más lejos entendiendo que los guardias privados obedecían órdenes superiores. Pero ello es muestra de lo mucho que estamos dejando de hacer para evitar que el padecimiento mortal se propague. Y de seguir así pues simplemente estaremos enfrentando una misión imposible.
Ojalá la mentalidad de la gente, de quienes se toman esto muy a la ligera claro porque hay quienes sí entienden la gravedad del panorama, cambie antes de que sea demasiado tarde. Y no falta mucho para que todos crucemos esa línea del no retorno si esos pocos que siguen rompiendo la cuarentena mantienen tan displicente postura.
APUNTES DESDE LA COSTA
*Es curioso pero este tema del coronavirus apaciguó los ánimos ya muy exaltados que venían mostrando muchos actores políticos que pretendían acelerar los tiempos electorales. Ya hace mucho que esas personalidades, que un día sí y otro también acudían al puerto con el menor pretexto –hasta para apadrinar quinceañeras o patrocinar recibimientos-, se les acabó ese afán de aparecer en la foto con una sonrisa de oreja a oreja.
Así pues hemos dejado de ver por estos rumbos a Indira Vizcaíno, Claudia Yáñez, y otras personalidades que parecían oler cualquier oportunidad para estar acá. Aunque lamentablemente ahora sí que es cuando más se les ocupa, especialmente aquellos quienes han perdido su empleo, para quienes no les ajusta el salario o para quienes de plano no tienen seguro la comida del día. Por sus actos los conoceréis, sin duda
*Aunque quienes más obligación tienen de estar con el pueblo porteño, son los diputados locales, esos por los que los nobles manzanillenses votaron para encaramarlos en el sitio privilegiado en el que hoy se encuentran, despreocupados y sabedores que la quincenita llegara segurito.
Solo he visto a la diputada local Martha Meza realizando acciones en forma desinteresada y sin el afán de presumirlo pero los demás nada. Ni Karen Hernández, ni el flamante presidente de la comisión de turismo en el congreso, Rogelio Salinas, ni Ana Landa quien parece más preocupada por cuestiones personales así como tampoco por la eternamente plurinominal Gretel Culin.
Aunque honor a quien honor merece: el diputado Fernando Escamilla se ha volado la barda –no por nada se le conoce popularmente como el Gato- incurriendo en simulaciones y dizque repartiendo por las barriadas papayas. Bien dicen que el que nada tiene cuando llega a tener… Sus comentarios por favor a edgar.cazares.afmedios@gmail.com