España: ETA pone condiciones para disolverse

El grupo separatista armado ETA, más débil que nunca y presionado por sus aliados, se juega una última carta para negociar su desaparición: que legalicen su brazo político y que sus presos vuelvan al País Vasco.

ETA está dispuesta a poner punto final a la lista con más de 850 nombres de personas a las que ha asesinado en sus más de 40 años de existencia. Así se lo han pedido negociadores y aliados, y así lo indica su menguada capacidad de acción.

Pero según el Grupo Internacional de Mediadores que ha estado trabajando sobre el conflicto de País Vasco, para hacer realidad el anuncio de su disolución, ETA pone condiciones.

Legalización brazo político

La primera es que su brazo político, el partido Sortu, sea legal. Es una decisión que está en manos del Tribunal Constitucional, que tramita una apelación hecha por el partido a una decisión anterior del Tribunal Supremo.

A principios de año, el Supremo dio por buenas las pruebas presentadas por la Fiscalía del Estado con las que se intentaba probar que Sortu era la reproducción de Batasuna, también brazo político de ETA, que ya había sido ilegalizado en 2003.

La segunda condición del grupo armado es que sus presos, actualmente distribuidos en distintas cárceles españolas por la llamada «política de dispersión», paguen sus condenas en cárceles del País Vasco.

Los familiares de los condenados por hechos relacionados con el terrorismo reclaman desde hace más de 20 años que con la política de dispersión se castiga también a sus familias, pues deben recorrer enormes distancias para visitar a los presos.

El gobierno, en cambio, cree que esta política ha servido para evitar que se planifiquen atentados desde la cárcel y también para lograr que algunos de los condenados por terrorismo flexibilicen sus posturas.

El factor político

Familiares detenidos ETA

Las organizaciones políticas afines a la aspiración de un País Vasco independiente de España, muchas de ellas integradas en la coalición Bildu, disfrutan hoy de más poder del que nunca tuvieron en el pasado.

En las elecciones municipales y regionales del 22 de mayo, Bildu se convirtió en la primera fuerza política del País Vasco en cuanto a número de concejales y la segunda en cuanto a número de votos.

Este apoyo electoral a la ideología nacionalista, independentista y de izquierda ha hecho que poco a poco se hagan sentir cada vez más y con más fuerzas las voces que presionan a ETA para que abandone las armas y anuncie su disolución.

Aunque varios dirigentes de Bildu han manifestado su rechazo a las acciones violentas, otras organizaciones políticas les exigen que expresen también su condena a la larga lista de acciones violentas de ETA.

Ya a finales de julio, Joseba Urrusolo Sistiaga, un exdirigente del grupo armado actualmente preso, opinaba que «ETA debe anunciar su fin» y reconocer el dolor que se ha causado a las más de 850 víctimas que ha ocasionado en más de 40 años.

Más política, menos violencia

Julen de Madariaga, uno de los fundadores de ETA, le dijo a BBC Mundo que la organización separatista comenzó a perder apoyo popular cuando comenzó ataques indiscriminados con coches-bomba y en lugares públicos.

Esto, afirma Madariaga, le restó apoyo popular a ETA. Afirma que si las organizaciones políticas que buscan la independencia del País Vasco hacen una exigencia clara a ETA, no les quedará más remedio que disolverse.

La declaración de Madariaga ocurrió poco después de una marcha en San Sebastián (Guipuzcoa) en la que se exigió que cese la política de dispersión a los presos condenados por delitos relacionados con terrorismo.

Al final de la manifestación, se leyó un comunicado en el que se pidió reconocer a las víctimas de las acciones de ETA, pero se demandó también el reconocimiento de las personas que han muerto por acciones policiales relacionadas con el conflicto vasco.

Estos intentos de privilegiar la política por sobre otras acciones, son interpretados por muchos como una decisión de dejar atrás la vía armada como una opción y seguir avanzando por el terreno electoral, para afianzar los resultados del 22 de mayo.

No hay disolución

El experto en terrorismo, Florencio Domínguez, coincide en que ETA está más débil que nunca, pero advierte que la tregua que declararon en enero de 2010 y la llegada de partidos independentistas a cargos de elección popular no son más que estrategias para reorganizarse.

Una asociación de presos de ETA, la EPPK, ha manifestado que el grupo armado no se plantea su disolución, «ni siquiera como hipótesis», según informan varios medios de comunicación españoles.

Un viejo guión

Coche bomba

En este sentido, algunas organizaciones y voceros pro-independencia apuntan a que la actual tregua puede prolongarse en el tiempo sin necesidad de disolverse, mientras se negocian otros aspectos de un tratado de paz, como ocurrió en Irlanda con el IRA.

Pero otros creen que la actual situación es la repetición de un guión que ya han visto durante otras treguas de ETA.

Leopoldo Barreda, del derechista Partido Popular, le dijo a BBC Mundo que considera que la coalición Bildu no es más que un brazo político de ETA que obedece a las decisiones de su cúpula militar «para imponer un modelo totalitario en el País Vasco».

Considera que ETA, lejos de abandonar las armas, está aprovechando la actual coyuntura para reorganizarse. «ETA no tiene ningún motivo para disolverse porque ya se colaron en las instituciones», dijo Barreda.

Con información de la BBC

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