TAIBO NO ES APTO: LABASTIDA
Por: Adalberto Carvajal
Paco Ignacio Taibo II no es el más apto para dirigir el Fondo de Cultura Económica (FCE), señala el poeta y filósofo Jaime Labastida, director de la editorial Siglo XXI y director también de la Academia Mexicana de la Lengua:
“Creo que debió haber sido un editor. Y un editor con sapiencia. Pero muchas de las cosas que están haciendo [en el futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador] son así: ponen gente que no es la más apta para el cargo”.
Y cuando le planteo que Taibo se ha distinguido en los últimos años por ser un entusiasta promotor del libro y la lectura, Jaime Labastida responde: “El gran promotor de la lectura en México es Felipe Garrido, es el que más sabe de ese asunto”.
Entrevistado en el marco de su visita a Colima para recibir el reconocimiento al Mérito Literario “Juan José Arreola” que le otorgaron la Fundación Puertabierta, la Universidad de Colima y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, Jaime Labastida comenta respecto a la manera en que se nombró a Paco Ignacio Taibo II:
“Primero se habló de Margo Glantz, pero ella declinó por una simple razón: tiene 88 años y se iba a deshacer en el camino. No quiso. Entonces se sacaron de la manga a Taibo”.
Y ante lo declarado por Paco Ignacio en relación a que él aceptó la propuesta que le hizo López Obrador para dirigir el Fondo, luego que el presidente electo escuchara las proposiciones que le hiciera a su vez Taibo II, Labastida comenta: “No estoy metido en la intimidad de esos negocios”.
EDITORIAL SIN IMPRENTA:
Si no le gusta el perfil del anunciado director del FCE, tampoco le agrada el proyecto que presentó Taibo para convertir al Fondo en la cabeza de un Instituto del Libro y la Lectura, el buque insignia de una Sistema Institucional de Publicaciones o el eje de un Plan de Lectura del Estado, como se ha ventilado en diversos espacios:
“Se puede pensar una editorial en un sentido vertical: que edite libros, tenga imprenta, tenga la capacidad de distribución y, por consecuencia, posea librerías. Es un poco la idea” de Taibo.
Pero “hay otra tesis de editorial”, la que indica que una empresa de este tipo debe dedicarse en exclusiva “al trabajo mental que significa seleccionar los textos, editar los libros desde el punto de vista del formato, su traducción y redacción. Sin la imprenta”.
Para el director de Siglo XXI, la editorial fundada por Arnaldo Orfila en los años sesenta después de que el intelectual argentino fuera despedido del FCE por haber publicado Los hijos de Sánchez (1961) de Oscar Lewis, imprimir “es otro negocio, muy distinto”.
La imprenta “no sólo tiene que publicar los libros de la editorial sino que, como tiene tiempos muertos, debe dedicarlos a otra actividad”.
Nos recuerda el académico y periodista nacido en Los Mochis que “los periódicos originalmente comenzaban por comprar una imprenta”. Y era la prensa la que hacía nacer un periódico. “Pero se puede hacer el trabajo editorial sin la imprenta. O bien, si tienes la imprenta, como el tiraje del periódico dura dos horas te quedan 18 o 20 horas muertas” que debes dedicar a hacer otro tipo de impresos.
El Fondo de Cultura Económica tiene una imprenta, Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A. (IEPSA), y tiene algunas librerías. Si ahora va absorber las librerías de Educal, tendrá ese otro sistema a su cargo. Aquí el problema es si todas esas librerías son rentables. Que no lo son”.
Para Jaime Labastida, hermano de Francisco, ex gobernador de Sinaloa, ex secretario de Estado, ex candidato presidencial del PRI en 2000 y ex senador, el problema de las librería de Educal [que en el estado de Colima hay dos, una en la capital a espaldas de Palacio de Gobierno, y otra en el edificio de la Presidencia Municipal de Manzanillo] es que “un alto porcentaje de ellas provocan pérdidas en su manejo”.
Y pregunta: “¿Quién va a absorber esas pérdidas?”
IMAGEN DE MÉXICO:
Autor de ensayos como Estética del peligro (1986) o Cuerpo, territorio, mito (2000), Jaime Labastida dice que el FCE funciona “sobre la base del subsidio que le proporciona el Gobierno Federal. Siempre tienen números negros, pero evidentemente no viven de lo que venden”.
Hay librerías del Fondo que son en realidad centros culturales, tanto en México como en el extranjero, con elevados costos de mantenimiento, señala:
“¿Qué se va a hacer con eso? ¿Cómo se piensa manejarlas? En una ocasión le dije a don Miguel de la Madrid, cuando era director del Fondo, que esas librerías deberían ser auspiciadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores porque son, en buena medida, imagen de México en el exterior.
“Pero verlas como lo que deben ser, algo autosustentable, con esos criterios que adelanta Taibo –tener un foro, un teatro–, es imposible. Es costosísimo”.
Las librerías de ese orden, centros culturales, son otra cosa. “Esos costos van a aumentar para el Fondo y el subsidio va a tener que ser mayor”.
PROYECTO DE ILUSIÓN:
Menos rentables serán todavía si el FCE se mete al negocio de las ferias del libro como ha propuesto Taibo, quien piensa seguir con el Fondo el plan de trabajo que ha desplegado con las Brigadas para Leer en Libertad, acota este columnista.
“¡No es negocio!”, ataja Labastida. “Una feria del libro no es negocio. Son muy costosas y eso lo sabe perfectamente bien aquí en Colima la Fundación Puertabierta [dice el entrevistado en referencia al Festival de la Palabra que se organizó todavía el año pasado].
“Es decir, el costo del metro cuadrado en la FIL de Guadalajara o en la Feria de Minería, que son las dos más importantes en el país, es muy alto y te lo cobran en dólares. Si con lo que vendes sacas lo gastos, te das por bien servido. Porque fue promoción y nada más que promoción para las editoriales. Pero no es negocio.
“También ahí tiene que estar subsidiado. Entonces, debería pensarse que toda la cultura debe estar subsidiada y tal vez sea correcto. Tú vas al MET de Nueva York y ves en el programa de mano cuántos patrocinadores tiene la ópera que van a presentar. Pero además hay grandes muros, de mármol unos, donde te dicen quiénes son los patrocinadores de aquello. Montar una ópera hoy en día, como se debe hacer, te cuesta muchísimo dinero.
“Qué debes hacer, ¿subsidiar? Quizá sí. Pero hasta dónde te alcanza el dinero para subsidiar, ¿cuál es el límite que tienes?
“En la época en que Arnaldo Orfila era el presidente del Fondo de Cultura Económica, yo recuerdo que no tenía un solo peso de subsidio. Cuando fue director José Luis Martínez, habrá tenido quizá un 5 o 6 por ciento de fondos que se le entregaban porque no alcanzaba a cubrir por medio de las ventas su gasto corriente. Pero ahora llega al 50 por ciento. ¡Y con esa idea de Taibo va a llegar a más!
“No va a dar el presupuesto para eso. Son como tantas ilusiones que se están planteando ahora”, remata Jaime Labastida.
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