En un experimento que, a primera vista, parece salido de una historia de horror, un grupo de científicos de la Universidad de Stanford y la Universidad de California, Davis afirman haber creado exitosamente por segunda vez un híbrido de humano y oveja: embriones de ovejas con un 0.01% de células humanas.
A los embriones de quimeras (como se les llama a estos híbridos en honor a la criatura mitológica) no se les permitió desarrollarse después de los 28 días. Sin embargo, significan un gran paso en la investigación para fabricar órganos con el fin de ser trasplantados a pacientes humanos.
Para fabricar estas quimeras, los investigadores aíslan las células madre de un animal, luego inyectan algunas de estas células madre en el embrión de otra especie (las células madre pueden convertirse en cualquier tipo de célula en el cuerpo). Si el ADN del embrión logra ser infiltrado para que no crezca un órgano en particular, las células intrusas serían las únicas que podrían llenar el vacío. De esta manera, los investigadores podrán cultivar un hígado humano dentro de un cerdo vivo, por ejemplo.
Ratas-ratones y humanos-cerdo
Ya en el pasado los investigadores han logrado utilizar este método para hacer crecer páncreas de ratón en ratas y mostraron que los trasplantes pudieron curar la diabetes en ratones que sufrían de este mal. Al día siguiente, investigadores del Salk Institute anunciaron que podrían mantener vivos los embriones de cerdo inyectados con células madre humanas durante 28 días. Los expertos en células madre elogiaron el estudio que logró crear quimeras de cerdo-humano, pero señalaron que el recuento de células humanas en los embriones de cerdo (uno de cada cien mil) era demasiado bajo como para realizar un trasplante de órganos exitoso.
Ahora, este sábado 17 en la reunión anual de la AAAS 2018 en Austin, Texas, el investigador Pablo Ross de la Universidad de California, Davis, anunció que él y sus colegas han afinado el conteo de células humanas en embriones de oveja a 1 de cada 10 000.
«Creemos que todavía no es suficiente como para generar un órgano», dijo Ross durante una conferencia de prensa. Alrededor del 1% del embrión debería ser humano para que funcione el trasplante de órgano, informa The Guardian. Y para evitar el rechazo inmunitario, se necesitarían pasos adicionales para asegurar que los restos de virus de animales sean eliminados del ADN del cerdo o de la oveja. Pero el trabajo muestra progreso hacia órganos más viables.
Ross dice que la investigación podría acelerarse si se financiara mejor. El NIH (Instituto Nacional de Salud de EE. UU) actualmente prohíbe el financiamiento público de híbridos entre humanos y animales, aunque en 2016 indicó que podría levantar la moratoria. Por eso hasta ahora, las investigaciones se están realizando con donantes privados.
Por otro lado, el debate ético siempre está presente en un trabajo que signifique experimentar con células madre humanas. Por eso el investigador asegura que se está moviendo con cautela. «La contribución de las células humanas hasta el momento es muy pequeña. No se parece en nada a un cerdo con rostro humano o cerebro humano «, dijo el investigador de la Universidad de Stanford Hiro Nakauchi, colaborador de Ross. Nakauchi agregó que los investigadores están tratando de identificar dónde proliferan las células humanas, para asegurarse de que no se instalen en el cerebro de los animales o en los órganos sexuales.
A pesar de todo, Ross se siente optimista con respecto a los enfoques para la investigación de órganos. «Todos estos enfoques son controvertidos, y ninguno de ellos es perfecto, pero ofrecen esperanza a las personas que mueren a diario», dijo. «Necesitamos explorar todas las alternativas posibles para proporcionar órganos a personas enfermas», finalizó.
La creación de quimeras no es la única forma en la que se podrán crear órganos para trasplantes. En diciembre del año pasado, un equipo de científicos de la Universidad de Osaka en Japón, lograron procesar una tinta biológica que se adhiere a sí misma y mantiene una estructura de gel deseada, acercando cada vez más la posibilidad de realizar bioimpresiones de órganos.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.