Estrés y procrastinación: ¿cómo romper ese círculo viciosos?
Por: César Augusto García Avitia
¿Alguna vez has pospuesto una tarea importante hasta el último minuto, solo para encontrarte abrumado por el estrés y la ansiedad que esto conlleva? Desde dejar para mañana lo que podrías hacer hoy hasta aplazar decisiones cruciales, la procrastinación es un hábito común que puede tener consecuencias significativas en nuestra salud mental y bienestar.
Puede ser tentador posponer tareas difíciles o desagradables en favor de actividades más placenteras o menos demandantes, pero esto puede generar un ciclo de estrés y ansiedad a largo plazo. Pero, ¿cómo se relaciona la procrastinación con el estrés, y qué podemos hacer para romper este círculo vicioso?
La procrastinación y el estrés están estrechamente relacionados. Cuando posponemos una actividad que tenemos que cumplir, aumenta la presión para completarla en un período de tiempo más corto, lo que puede generar ansiedad y preocupación. Esto hace más probable que los resultados no tengan la misma calidad que si nos tomáramos el tiempo suficiente. Peor aún, puede que no cumplamos con nuestras responsabilidades y suframos toda clases de consecuencias negativas, como una mala calificación o reprimendas en el trabajo. Además, postergar tareas importantes puede hacernos sentir culpables o incompetentes, aumentando aún más al estrés. Al estar estresados, es más difícil cumplir con nuestras responsabilidades, cayendo en un círculo vicioso.
Las causas de la procrastinación pueden variar, pero suelen incluir el miedo al fracaso o al rechazo, la falta de motivación, la baja autoestima, la dificultad para manejar el tiempo y la tendencia a buscar gratificaciones instantáneas en lugar de recompensas a largo plazo. Además, la procrastinación puede ser un mecanismo de afrontamiento frente a situaciones estresantes o abrumadoras, ya que posponer una tarea difícil puede proporcionar un alivio temporal de la ansiedad. Por desgracia, la procrastinación trae efectos negativos en nuestra salud y bienestar. Además del estrés y la ansiedad, puede llevar a sentimientos de culpa, baja autoestima y pérdida de confianza en nuestras habilidades. También puede interferir con nuestro rendimiento académico, laboral y personal, provocando retrasos, errores, oportunidades perdidas y toda clase de conflictos interpersonales.
Para romper el ciclo de procrastinación y estrés, es importante adoptar estrategias efectivas para manejar nuestro tiempo y nuestras emociones. Esto incluye identificar las causas subyacentes de nuestra procrastinación, establecer metas claras y alcanzables, dividir tareas grandes en pasos más pequeños y manejables, y practicar técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, la meditación y el ejercicio regular. Además, es útil cultivar hábitos de autorregulación y autocuidado, como establecer rutinas diarias, mantener un horario de sueño regular y establecer límites saludables en nuestro tiempo y energía.
En conclusión, la procrastinación y el estrés pueden formar un círculo vicioso que afecta negativamente nuestra salud y bienestar. Sin embargo, al identificar las causas de nuestra procrastinación y adoptar estrategias efectivas para manejar el tiempo y el estrés, podemos romper este ciclo y alcanzar nuestros objetivos con mayor eficacia y satisfacción. Recuerda que pedir ayuda profesional cuando sea necesario es un paso valiente y constructivo en el camino hacia una vida más equilibrada y satisfactoria.
Doctor en Psicología César Augusto García Avitia
Profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima
Contacto: garciaavitia@ucol.mx