Evaluar no mejora educación, advierten

La calidad de un sistema educativo no puede ser mayor a la calidad de los docentes. En el caso del sistema universal, lo que se plantea es que el impacto sólo es en formación. Uno tiene un impacto fuerte al salario y el otro un impacto suave o blando en la parte formativa. Lo primero es que hay un problema de definición técnica y un acuerdo claramente político. Cualquier decisión política tiene que apoyarse de un diseño técnico y tenemos poco tiempo para hacerlo. Lo primero que hay que definir es qué es un buen profesor.

La evaluación universal es obligatoria para todos. ¿Y el que no quiera? O vamos a suponer que le entran en la evaluación universal —que tiene varios elementos: la evaluación de los alumnos, la preparación profesional, el desempeño— y le das sus resultados, le dices que tiene que hacer tales cosas, suponiendo que las cosas que le pides al profesor ya estén también diseñadas. ¿Y si no hace caso? No hay un planteamiento. Es decir, si algo es obligatorio tiene una contraparte. No seríamos consecuentes con la idea de que la evaluación es formativa, es para mejorar. ¿Y el que no quiere mejorar? El impacto también es económico. Este año, la Carrera Magisterial tiene un presupuesto del orden de los 54 mil millones de pesos.

Entonces, lo que no hagamos con tiempo nos lo va a cobrar y nos lo ha cobrado muchas veces en términos de sistema educativo. Falta diseñar y quiere decir que seamos capaces de explicitar muy claramente qué significa una nueva configuración institucional, qué quiere decir que queremos cambiar el esquema de cierto tipo de prácticas.

AURORA LOYO Instituto de investigaciones Sociales

La discusión tiene cinco años. Me parece súper exagerado el tiempo en términos de país, no en términos de educación. Era necesario un cambio, porque cualquier sistema de evaluación, pasado un tiempo, se pervierte y entonces los sujetos empezamos siempre a tratar de buscar, digamos, maneras de manejar las cosas.

El cambio fundamental que se estableció es ligarlo a la prueba ENLACE, que, como ya se dijo, ha sido muy criticada. El asunto es que se toma ENLACE 50% para la Carrera Magisterial y también para la evaluación general se toma 50%. Entonces, se le está dando un peso desmesurado a un examen que además ya se sabe que tiene muchos inconvenientes.

Desde mi perspectiva, se presta a mayor distorsión. Es decir, es un sistema que nace ya con un peligro de distorsión mucho muy fuerte. En ambos programas es completamente inconsecuente poner dos objetivos distintos. Cuando nosotros vemos los factores les ponen nombrecitos diferentes, pero en realidad están súper empalmados la Carrera Magisterial y el de evaluación universal.

Me parece que tiende hacia un sistema en el que todos se evalúen y que para todos tenga repercusiones.

En realidad, no se necesitaba tanta sobreevaluación para saber qué necesitamos en términos de formación. Los maestros saben qué es lo que necesitan. Me parece que realmente ha sido una negociación política. No sé qué es lo que se haya negociado por abajo de la mesa, lo digo, y eso es normal, en toda negociación existe, pero en términos de resultados me parece sumamente pobre y sumamente lento.

Como sociedad, lo que estamos reclamando —me parece— es un asunto de imbricación demasiado fuerte entre el sindicato y las autoridades educativas. Digo, hay que decirlo claramente. Ese es un punto que se ha debatido mucho y que lo han dicho académicos. Lo dijo el relator para el Derecho a la Educación.

MANUEL GIL ANTÓN Investigador de El Colegio de México

Hay que partir de que lo que se evalúa se puede mejorar. Pero lo que se evalúa mal, sin duda y sin remedio, conduce a empeorar. Es decir, uno de los grandes riesgos que se ha generado a lo largo de estos últimos años, pero sobre todo con el espectáculo, con el gran show de que por fin va a haber evaluación, es que se está jugando con una cosa muy valiosa como para tratarla con tal superficialidad.

En la medicina moderna ningún niño enfermo se ha curado a termometrazos. Si un niño está enfermo, zúmbele usted termómetro cada media hora y no se va a curar. Y siento sobretermometrotizado el sistema educativo mexicano. Pero, además, si el termómetro es tan malo en el sentido de que no mide lo que quiere medir. Por lo que hemos estudiado, la prueba ENLACE ya se convirtió en horizonte, camino, sueño, inicio, fin de todo el sistema por sus implicaciones de alto riesgo y de alto impacto.

El gran riesgo es que esto nos conduzca a bajar la temperatura sin curar la situación y hay maneras de bajar la temperatura sin tocar la infección o el malestar que le están provocando.

La evaluación de un sistema educativo no tiene que ser objeto de negociación: es una obligación de la autoridad. Entonces, que el presidente diga que qué gran valor ha tenido el SNTE para aceptar la evaluación, me parece que es demostrar la abdicación que ha tenido este gobierno.

A mí esto de la Carrera Magisterial me preocupa, porque parece que en México la rendición de cuentas se paga. Es decir, si yo trabajo me dan mi salario, pero si me dejo evaluar me dan más dinero, ergo el trabajo es optativo hacerlo. Luego me dices: “Ésta evaluación universal es diagnóstica, formativa”. Mi pregunta es: ¿Y las sanciones? ¿Qué pasa con los profesores si no van? ¿Si no aceptan? Digo, si no van a clase.

Si de veras ENLACE requiere tantos ajustes, cambios, complementos, entre ellos, el cambio de currículum, ¡tengan mucho cuidado o no lo usen así! Porque lo transitorio se va a ser consolidado. Es decir, si ENLACE tiene muchos problemas, ¡cuidado! Se está usando para definir qué escuelas son mejores, qué estudiantes son mejores y qué profesores merecen algo, un estímulo. Si la Secretaría de Educación Pública nos pide a los que hacemos y tratamos hacer algo de opinión y de investigación que sobre esto no hagamos consignas, no hagan ustedes publicidad.

OLAC FUENTES MOLINAR Ex subsecretario de Educación Básica

Una escuela es tan buena como sus maestros.

Lo que quiero decir es que es un asunto de alta importancia y de alto riesgo. Se puede hacer razonablemente bien, es perfectible, lleva tiempo, pero también se puede concebir mal e implementar mal. Entonces, lo que ocurre es que ni se resuelven los viejos problemas que se querían resolver y se generan problemas nuevos, más complejos.

Es una evaluación de alto impacto individual, con consecuencias inmediatas sobre la permanencia, la condición profesional, los ingresos, el prestigio de la gente y ésta es una evaluación de alto impacto.

Comparto la preocupación de Aurora Loyo, de que estamos frente a una situación de alto riesgo, en el sentido de una evaluación que agrava y diversifica los problemas.

Dice el acuerdo que necesitamos una evaluación juiciosa, honesta, razonable y veraz. Y me parece que eso es lo que necesitamos.

Me sorprendió mucho el prólogo del acuerdo, ver cómo se elogió el examen universal y encontrarme que el centro es ENLACE y que al examen, independientemente de que si los exámenes sirven o no para medir lo que queremos medir, se le diera 50% del valor de la evaluación.

En el examen no encuentro la lógica de la selección de los reactivos, encuentro muchos reactivos banales, muchos mal redactados o con varias respuestas correctas sensatas o con ninguna sensata… Una de mis fantasías perversas es ver al Congreso de la Unión calladito resolviendo el examen de tercero de secundaria.

ENLACE juzga con una objetividad olímpica. Todos son iguales. Entonces, mi preocupación es que ENLACE se va a constituir en una especie de currículum alterno.

Con información del Universal

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