La jefatura de Prestaciones de Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social en Colima informa que el virus de la hepatitis C (VHC) provoca una enfermedad contagiosa, y su efecto puede ser leve y durar solo algunas semanas, o grave y durar de por vida.
El VHC suele transmitirse por la sangre y se encuentra entre los virus que con más frecuencia infectan el hígado, estoo puede ocurrir a través de transfusiones de sangre o productos sanguíneos y trasplantes de órganos; inyecciones administradas con jeringas contaminadas; lesiones por material punzo cortante en el entorno sanitario, o por el uso de jeringas o agujas infectadas – por el consumo de drogas o al realizarse piercings o tatuajes, etc.-.
Las madres infectadas por el VHC también pueden transmitirlo a sus hijos durante el parto; a través de las relaciones sexuales con personas infectadas o por compartir objetos personales contaminados con sangre infectada; aunque es menos frecuente, la hepatitis c no se transmite por la leche materna, los alimentos ni el agua, ni por contactos casuales como los abrazos, los besos o el hecho de compartir alimentos o bebidas con personas infectadas.
El hecho de saber que una persona está infectada puede prevenir los problemas de salud derivados de la infección por VHC, así como la transmisión a los familiares y otros contactos íntimos.
En algunos países se recomienda la realización de pruebas de detección a las personas en riesgo de haber contraído la infección: quienes recibieron sangre, productos sanguíneos u órganos antes de que se implantaran las pruebas de detección del VHC o quienes viven en lugares donde la realización de dichas pruebas todavía no está generalizada;
Al contrario de lo que ocurre con los virus de las hepatitis a y b, no hay vacunas para prevenir la infección por el VHC, pero el riesgo de infección se puede reducir evitando: las inyecciones innecesarias y administradas sin condiciones de seguridad; los productos sanguíneos no seguros; la recolección y eliminación no segura de objetos punzocortantes; el consumo de drogas ilícitas y el intercambio de material de inyección; las relaciones sexuales sin protección con personas infectadas por el VHC; el intercambio de objetos personales punzo cortantes que puedan estar contaminados por sangre infectada, etc.
Las personas infectadas por el VHC deben: recibir educación y asesoramiento acerca de las opciones asistenciales y terapéuticas; vacunarse contra las hepatitis a y b para prevenir la infección por estos virus y proteger así el hígado; buscar rápidamente atención médica apropiada, que puede consistir en la administración de antivírales, y someterse periódicamente a pruebas que permitan diagnosticar tempranamente las enfermedades hepáticas. la infección aguda no se suele diagnosticar porque las personas infectadas son asintomáticas. los métodos habituales de detección de anticuerpos no permiten diferenciar las infecciones agudas de las crónicas. la presencia de anticuerpos anti-VHC indica que una persona está o ha estado infectada, para confirmar el diagnóstico de la infección se utilizan la prueba de inmunotransferencia con antígenos recombinantes del VHC (riba) y la detección del arn del virus.
El diagnóstico de la infección crónica se establece cuando hay anticuerpos anti-VHC durante más de seis meses. al igual que en las infecciones agudas, el diagnóstico debe confirmarse con otra prueba. para evaluar las hepatopatías, y en particular la cirrosis y el cáncer hepático, se suelen utilizar pruebas especializadas.
El Instituto Mexicano del Seguro Social llama a prevenir contagios y tomar todas las medidas necesarias