¿Cuándo son las elecciones del Poder Judicial?, ¿cuántos y de dónde provienen las candidaturas y cómo es que se toma la decisión de que sean los ciudadanos quienes elijan a jueces y ministros? Éstas fueron algunas de las dudas que la investigadora de la Facultad de Ciencias y Políticas y Sociales de la Universidad de Colima, Alejandra Chávez Ramírez, respondió durante su conferencia “Reforma al poder judicial y cultura de paz en México como proceso de democratización”.
Las elecciones de este primero de junio serán históricas, pues es la primera vez en el país que las y los ciudadanos elegirán a ministros, magistrados electorales, magistrados de circuito, jueces de circuitos y magistrados del Tribunal de disciplinas, comentó.
La académica explicó que existen cuatro reformas clave que deben entenderse para comprender el proceso de elección en el Poder Judicial.
La reforma de 1987, que estableció garantías mínimas para la independencia de los tribunales, con el objetivo de asegurar una justicia pronta, completa e imparcial, además de reforzar la gratuidad en el servicio judicial. La reforma de 1994, que fortaleció aún más la independencia del Poder Judicial, destacando la creación de mecanismos que permiten a los jueces actuar sin presiones externas y la reestructuración de esta institución.
Posteriormente, la reforma de 2008 implementó el Sistema Procesal Penal Acusatorio, promoviendo juicios más transparentes y accesibles. Finalmente, la reforma de 2011 amplió el acceso al amparo como una herramienta clave para la protección de los derechos humanos.
Estas reformas sentaron las bases para la de 2024, que introduce un cambio significativo: ahora serán los ciudadanos quienes elijan a los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación, además de la creación de un nuevo Órgano de Administración Judicial.
¿Qué cargos se van a elegir?
En este primer proceso se elegirán 881 cargos, que incluyen ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados de las Salas Superior y Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial y magistrados de circuito.
“A nivel federal, los ministros de la Suprema Corte, los magistrados electorales, los magistrados de circuito, los jueces de circuito y los magistrados del Tribunal de Disciplina serán elegidos por voto directo de la ciudadanía, lo que significa que nos enfrentaremos a boletas con estos cargos”, explicó la académica. En contraste, el nuevo Órgano de Administración Judicial no será elegido por voto ciudadano, sino designado por los poderes del Estado: uno por la Presidencia, uno por el Senado y tres votos por la Suprema Corte, conformando así un grupo de cinco integrantes.
La académica destacó que, si bien algunos candidatos no tienen experiencia en la carrera judicial, sí cumplen con los requisitos en el ámbito de la abogacía, por lo que es fundamental revisar cada perfil. En cuanto a las cifras, mencionó que, a nivel nacional, muchos candidatos “aunque no pertenecen formalmente a un partido, sí tienen afinidad con alguno, lo que ha sido señalado por los detractores como un riesgo para la autonomía del Poder Judicial”. En cambio, en el ámbito local, hay más postulantes que actualmente ejercen funciones dentro del sistema judicial y, en su opinión, cuentan con un mejor perfil.
Para la investigadora, hay otros elementos que también impulsaron esta reforma: la corrupción, la impunidad y el deseo de la legitimidad. “Me parece que esos aspectos, desde el sexenio anterior en 2024, cuando se plantea la iniciativa, se fueron planteando como elementos fundamentales y que no podían dilatar más las reformas al poder judicial. El asunto de la legitimidad es lo que va a elección, porque sólo un proceso de votación directa de la ciudadanía, es lo que va a permitir en un momento dado hablar de legitimidad”.
¿Cómo podemos decir entonces que este proceso tiene una relación con la cultura de paz?
“Si se busca que el sistema judicial sea más eficiente y justo, y que además contribuya a la construcción de una cultura de paz, entonces esta nueva reforma del Poder Judicial debería proporcionar estabilidad social y fortalecer dicho proceso”, afirmó.
Explicó que esta idea parte del hecho de que, al permitir que la ciudadanía elija a los jueces y magistrados, se abre la posibilidad de seleccionar a candidatos mejor preparados y sin vínculos con el crimen organizado. Esto, señaló, no solo fomenta una cultura de paz entre los ciudadanos, sino que también fortalece la participación democrática. “Esta elección ya no dependerá únicamente de la Presidencia y del Senado para tomar la decisión final; ahora será la ciudadanía quien elija”, enfatizó. Finalmente, destacó que hablar de cultura de paz implica un proceso de democratización en marcha: “Ya hemos dado los primeros pasos, seguimos avanzando, y eso nos lleva a mejorar”.
Para Alejandra Chávez, es fundamental que la ciudadanía participe en la elección. “Ese día, los ciudadanos tenemos poder. Si tomamos conciencia de que nuestro voto cuenta y representa una herramienta de decisión, podremos dejar de lado las incertidumbres sobre quiénes ocuparán estos cargos, cómo actuarán, qué tan eficientes serán y qué tipo de relaciones establecerán, no solo dentro de la estructura judicial, sino también con otros poderes”, señaló.
“Ahora bien -continuó-, como ciudadanos deberíamos estar tranquilos con esta reforma, ya que la estructura operativa del Poder Judicial seguirá funcionando. Es decir, quienes se han formado en la carrera judicial y han aprobado exámenes rigurosos para ocupar esos puestos técnicos continuarán en sus funciones. Ellos representan la fortaleza del sistema y respaldarán las decisiones que tomen ministros, ministras, jueces y juezas”.
Finalmente, destacó la importancia de que la ciudadanía ejerza su poder de decisión el 1 de junio, revisando cuidadosamente los perfiles de las y los candidatos y familiarizándose con el proceso de votación y el llenado de las boletas.