Estados Unidos.- José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), advirtió que una quinta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero se puede atribuir a los sectores agrícolas.
Durante la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 23) aclaró que las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera que producen los sectores agrícolas aumentarán en el futuro, a menos que se adopten formas sostenibles de producción y consumo de alimentos.
El perjuicio que supone el cambio climático “arrastra a millones de personas en un círculo vicioso de inseguridad alimentaria, malnutrición y pobreza”, destacó Da Silva.
El director general de la FAO señaló que para disminuir y adaptarse al cambio climático se ha de integrar a todo el sistema alimentario: de la producción al transporte, de la elaboración al consumo de alimentos y tanto en las zonas rurales como en las urbanas.
Entre las soluciones propuestas para abordar el problema del hambre y la sostenibilidad, Graziano destacó que es necesario reducir la deforestación, recuperar las tierras y los bosques degradados, acabar con el desperdicio de alimentos y criar ganado con bajas emisiones de carbono.
Cambio climático y hambre
La FAO anunció recientemente que el número de personas subalimentadas ha aumentado por primera vez en la última década, con 815 millones de personas que padecen hambre a diario.
Este incremento obedece a los conflictos y las crisis económicas, pero también al impacto del cambio climático, en particular a las sequías prolongadas en África.
Las previsiones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático indican que el cambio climático podría elevar el riesgo de hambre y malnutrición hasta un 20 por ciento para 2050.
Prácticas agrícolas climáticamente inteligentes
Es necesario hacer mucho más para reducir las emisiones agrícolas, y de forma simultánea mejorar los rendimientos agrícolas y aumentar la resiliencia. Esto significa adoptar enfoques como la agroecología y la intensificación sostenible y climáticamente inteligente.
Recordó que mientras el sector pecuario emite más gases de efecto invernadero que otras fuentes de alimentos, “es posible una ganadería con bajo contenido de carbono”. Por ejemplo, la FAO estima que las prácticas mejoradas de cría ganadera, -fácilmente disponibles- pueden reducir las emisiones entre un 20 y 30 por ciento.
La labor de la FAO incluye ayudar a los países a mejorar de manera sostenible sus sectores agrícolas; en la adaptación y la creación de la resiliencia, y en la mitigación del calentamiento global a través de la agricultura. BP