Roma.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) puso en marcha un proyecto de emergencia dentro del Programa de Cooperación Técnica para ayudar a los países de América Latina y el Caribe a luchar contra la propagación del marchitamiento por Fusarium.
El Fusarium es una enfermedad fúngica que puede destruir los cultivos de plátano de los que dependen millones de personas en América Latina.
La enfermedad -causada por la cepa más reciente TR4 (siglas en inglés de Tropical Raza 4) del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense – afecta la producción de muchas variedades de plátanos y bananos, incluyendo la Cavendish, una de las más populares en el mercado mundial.
La cepa TR4 daña las raíces y los tallos de la planta y, aunque no es perjudicial para la salud humana, puede provocar pérdidas de rendimientos del 100 por ciento, por lo que genera gran preocupación de los países y las comunidades en los que la producción de banano es una fuente fundamental de alimentos, ingresos familiares y rentas por exportación.
El marchitamiento por Fusarium TR4 fue detectado en fecha reciente por primera vez en América Latina y el Caribe en Colombia, donde 175 ha de fincas bananeras han sido puestas bajo cuarentena por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
El vecino Ecuador es el mayor exportador de banano del mundo, mientras que Colombia, Costa Rica y Guatemala son también grandes productores. Si la enfermedad se propaga, tendría efectos devastadores para los agricultores y sus familias en toda la región.
«El papel de los bananos para proveer de alimentos e ingresos familiares en esta región no debe ser subestimado. En varios países, este cultivo tiene importancia económica a escala nacional, ya que se trata de un importante bien de exportación. Juntos podemos frenar la propagación de esta devastadora enfermedad y proteger los medios de subsistencia», afirmó Julio Berdegué, Subdirector General de la FAO y Representante Regional para América Latina y el Caribe.
Este proyecto de emergencia ayudará a los países a elaborar planes de acción regionales y nacionales, aumentando sus capacidades para prevenir, diagnosticar, vigilar y contener los brotes, así como para concienciar y difundir información entre las comunidades agrícolas.
«Los gobiernos nacionales, como los de Ecuador y Colombia, están aportando un liderazgo activo e inteligente, y nosotros los apoyamos firmemente», afirmó Berdegué.
Además, el nuevo proyecto sobre el TR4 para América Latina y el Caribe pretende también apoyar una mayor colaboración e intercambio de experiencias entre los países de la región.
Estas actividades se llevarán a cabo, bajo el liderazgo de los gobiernos nacionales, en un esfuerzo coordinado con las instituciones fitosanitarias pertinentes, incluidas las organizaciones nacionales y regionales de protección fitosanitaria (CAHFSA, CAN, COSAVE, OIRSA), así como la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF).
Frenar la propagación de la enfermedad
El TR4 es un patógeno que puede transmitirse a través del transporte de material vegetal infestado, suelo contaminado, agua u otros medios físicos como zapatos, herramientas y neumáticos. Una vez establecido, el patógeno permanece en el suelo durante décadas; y actualmente no hay forma de erradicarlo completamente.
Sin embargo, hay medidas que pueden ser eficaces para limitar la propagación de la enfermedad, entre ellas: implementar medidas preventivas y fitosanitarias adecuadas, establecer un entorno normativo favorable, sensibilizar, crear alianzas entre múltiples interesados, colaborar con el sector privado y los pequeños agricultores, apoyar una mayor biodiversidad, mejorar el uso eficaz de los recursos genéticos, desarrollar programas de gestión y de recuperación tras la enfermedad y mejorar la vigilancia y adopción de medidas tempranas.
«Los países deben estar atentos a la vigilancia y contención de los casos de TR4. Sólo el cumplimiento estricto de las medidas fitosanitarias puede evitar la propagación de la enfermedad. Los esfuerzos concertados a nivel local y regional, el apoyo científico, la detección temprana y la colaboración internacional son cruciales para combatir el TR4», aseguró Hans Dreyer, Director de Producción y Protección Vegetal de la FAO.