Acompañado por gran parte de su gabinete, además de la representación de los poderes Judicial y Legislativo, Calderón enfatizó que como ayer, los ciudadanos están resueltos a que México siga siendo un país independiente y soberano, con la aspiración de poder ejercer las libertades y derechos a plenitud y sin cortapisa.
“Para vivir en paz, en tranquilidad, sin que ningún poder de facto cancele, con su violencia, la más mínima garantía de los mexicanos”, indicó.
Comentó que al llegar a la Presidencia una violencia criminal desafiaba al Estado e incluso llegó a suplantar alguna autoridad, por lo que la única opción fue defender con toda la fuerza del Estado a los ciudadanos.
“En esos momentos difíciles”, dijo, “en los que patria clamaba por la ayuda de sus mejores hijos, fueron soldados, fueron marinos, fueron policías, fueron Ministerios Públicos quienes dieron un paso al frente y defendieron nuestras comunidades con valentía y honor”.
Aseguró que fueron la disciplina, la preparación, capacidad estratégica y logística de las Fuerzas Federales las que permitieron abrir una posibilidad de instrumentar un plan integral para combatir a la delincuencia.
Calderón sugirió que se deben seguir concentrando los afanes institucionales de México, fortalecer al Estado emanado de la Revolución, pero sosteniendo el derecho: “Fortalecer sus instituciones, fortalecer la democracia, buscando siempre la justicia y preservando indeclinablemente las libertades”.
En la residencia oficial de Los Pinos, a un costado del monumento a Francisco I. Madero, al que se le colocó una ofrenda, Calderón aprovechó para manifestar que hoy México es aún más fuerte, en donde tienen plena vigencia la división de poderes, que tiene una democracia vibrante, en donde los ciudadanos ejercen su voto y en donde ningún partido ostenta mayoría en el Congreso.
Así como la ciudadanía recordará el proceso revolucionario, puntualizó, los mexicanos del mañana también tendrán presente el momento en el que se tomó la decisión de romper las cadenas que lo querían atar al miedo, a la violencia criminal y a la zozobra: “Y la historia habrá de juzgar y recordar a quienes lucharon por un México libre, libre del yugo del crimen y de la delincuencia”.
En tanto, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, dijo que la presente administración defendió el legado de Francisco I. Madero, se dedicó a hacer política y a buscar las transformaciones del país.
Agregó que el sexenio de Calderón venció los pronósticos que condenaban al país al fracaso, e hizo un recuento de los méritos: la reforma electoral, un cambio al sistema de pensiones, una reforma hacendaria y la energética.
Sobre la democracia, dijo que ésta es bien entendida en un espacio en donde el triunfo y la derrota son temporales, y en donde ambas partes deben dar oportunidad para acordar en lo esencial.
Con información del Universal