Este fin de semana, en la Pinacoteca Universitaria, se inauguró la exposición “Fluxus: la llave que abre el universo”, del colectivo SINPAR, en colaboración con la Universidad de Colima, antecedida por la charla del curador César Burgos.
En su charla, César Burgos explicó que la exposición integra más de 30 piezas de artistas como Marcel Duchamp, Yoko Ono, Ben Vautier, Felipe Ehrenberg, Sam Kautsch, entre otros artistas importantes, los cuales tuvieron sus antecedentes en el Surrealismo, Dadaísmo e incluso del Colectivo Gutai de Japón.
Como antecedentes, mencionó al músico vanguardista norteamericano John Cage, que fue quien detonó el espíritu y la diseminación del Fluxus; Cage, previamente, se había acercado al Budismo en cuanto al desapego del objeto y la virtud técnica. Entonces, aplicado dicho desapego a la música, se trataría del instrumento como generador de sonido y el intérprete como medio.
Así, continuó, “nació 433, obra de tres movimientos en la que John Cage propone el inicio de una de las vanguardias más radicales de la composición musical de la época moderna, al interpretarla sin tocar una sola nota; la pieza incorpora el sonido ambiente como protagonista principal de la propuesta, reemplazando la participación del propio músico. Sin embargo, si no hubiera sido por Cage y su legitimada presencia, no se hubiera llenado el auditorio ni presentado esta inversión del protagonista por los espectadores y recibido una ovación al finalizar su acto”.
Explicó que Yoko Ono “también entendía estos conceptos de descosificación del arte y sus artefactos, lo que sugería también abandonar la idea de la virtud técnica, de la academia, del talento artístico tradicional, lo que lleva a cuestionar si el arte puede hacerse sin sus instrumentos ni escuela, sin intención siquiera: nacía un movimiento que, más que estético, proponía una revolución ética con matices filosóficos, ver la vida misma como una obra de arte”.
“Fluxus invita a la contemplación, a la calma del silencio, le resta importancia al objeto y pone énfasis en el proceso, en la experiencia; sugiere desapegarnos de la competencia y del deseo de posesión de los objetos; nos hace mirar como arte el simple hecho de estar vivos, reúne a la comunidad a través de compartir lo cotidiano y es un antecedente del arte actual”, explicó.
En su disertación, dijo que el nombre de la muestra se toma de una pieza de Yoko Ono que consiste en una llave de vidrio que no abre ninguna puerta, pero que invita al espectador a abrirse al universo, a su microcosmos, y a quitar los candados que pueda tener en su cotidianidad.
Dijo que el Fluxus tiene influencias orientales en cuanto a religión y cosmovisión; en este sentido, “se puede inferir que la noción de vacuidad quisiera ser reflejada por estas piezas que son objetos tomados de la cotidianidad y que, tras alguna ligera intervención o ninguna, han de necesitar el contexto del museo para suscitar en el espectador una experiencia estética, quizá no por el objeto en sí, sino por el proceso”. Además, mencionó que hay obras que consisten en acciones y, por lo tanto, son temporales, de las cuales se tiene un registro documental.
Mediante una exposición en Power Point, César Burgos mostró imágenes que proyectan el espíritu del Fluxus: un rompecabezas incompleto con imágenes del cielo, sus nubes, que invitan al espectador a completar el firmamento con su propia mente, a que coloque los fragmentos que faltan. En otra imagen, mostró mamparas con un fino papel que previamente había sido rasgado por un artista que las atravesó a cuerpo entero: “Significa romper barreras; enfrenar obstáculos”, explicó, y mencionó que el hijo de este artista japonés se dedicó a producir este tipo de obras.
Fluxus, continuó, “significa fluir con la vida”. Además, expuso que esta tendencia artística buscaba hacer crítica social y política en el contexto en que surgió, esto es, en los 60.
Posteriormente, para realizar el corte del listón, se contó con la presencia de Carlos Ramírez Vuelvas, coordinador general de de Extensión, en representación del rector Christian Torres Ortiz Zermeño; de David Rodríguez Delgado, director general de Patrimonio Cultural; Mónica Saucedo, representante del colectivo SINPAR y César Burgos.
Antes de recorrer la exposición, David Rodríguez agradeció a todas personas que hicieron posible esta original muestra de arte “cuyo motivo es el conocimiento y la difusión de las teorías conceptualistas en el arte y el movimiento Fluxus, el cual despoja al arte de cualquier adorno y da la contraparte a todo lo conocido y valorado como arte convencional, incluyendo la relación artista-espectador y artista-mercado”.
“La experiencia que ahora nos espera con esta colección, es comprender las motivaciones y los objetivos del Fluxus; viviremos sus propuestas como una gran alternativa del arte aún vigente”, mencionó por último.
Mónica Saucedo, representante del grupo SINPAR, destacó que son un colectivo con gusto por el arte que los lleva a realizar este tipo de proyectos sin fines de lucro: “Lo hacemos sólo por el gusto de compartir; duramos bastante tiempo maquinando este proyecto, pero por fin lo tenemos aquí; esta muestra es muy importante para el mundo artístico, y para quienes no conocen del arte es muy formativo y educativo”, comentó.
En nombre del rector, Carlos Ramírez agradeció igualmente a quienes hicieron posible esta exposición: “Van a ver las cualidades didácticas que tiene esta propuesta; gracias a SINPAR por permitirnos tener esta exposición, que será para el disfrute de todos los colimenses”.
La exposición permanecerá abierta hasta enero de 2024.