Por Jorge Arturo Orozco Sanmiguel
A pocos días de ser aprobada la reforma al Poder Judicial, las tensiones políticas y sociales son notorias. Dentro de esta notoriedad se resaltan varios puntos a considerar dentro del análisis introspectivo y perspectivo. Desde qué pasó con el nuevo héroe de la patria morenista, Miguel Ángel Yunes Linares, hasta el acelerón del alineamiento de los tres poderes ante al partido del poder actual.
Si bien, desde un inicio se contempló mayoría calificada en la cámara baja, a MORENA en el senado le faltaron tres escaños para lograr dicha mayoría. Gracias a las buenas gestiones y prácticas represivas de la moral, las y los legisladores del PRD, que en paz descanse, ocuparon dos de los tres lugares faltantes. Y ahora con la traición del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, se lograron coaptar las decisiones izquierdistas, logrando que tanto el presidente en turno, Andrés Manuel López Obrador, así como la presidenta con A electa, Claudia Sheinbaum Pardo, tengan todo el poder ante su paquete de reformas.
Esa historia nos la sabemos, lo que no entendemos es qué pasó con la oposición. Y lo escribo desde la postura de Movimiento Ciudadano, quienes después de ser humillados e incriminados como traidores a México, el PRI y el PAN, después de las pasadas elecciones, aseguraron que la oposición estaría conformada por estos dos partidos y el MC, a lo que Dante Delgado, dirigente nacional naranja, mencionara que ellos no estarían apoyando a la vieja política. Esas son las preguntas a resolver: ¿Qué pasó? ¿Qué hubo de intermedio para alinearse ante las decisiones de Alito Moreno y Marco Cortés? ¿Ya se reparó el Titanic y decidieron subirse? ¿Tendremos dueto en las canciones del movimiento naranja?
El problema es qué pasará. Vemos a un Poder Judicial dolido ante la afirmativa a dicha reforma. Esperaban más de la oposición, pues esta no entrelazó a sus legisladores, no los arropó ni los defendió; no logró el diálogo con el gobierno en turno. La mala estrategia fue amenazar a sus aliados, cobrar sus negociaciones ante empresarios molestos por la iniciativa judicial y preparar una manifestación irruptora ante el senado, pensando que frenarían la sesión o eliminando la reforma por arte de magia. Es muy iluso, ¿no lo creen?
Como bien se ha dicho y escrito: “la oposición no entiende que no entiende” Necesitan realizar un análisis interno y valorar sus bases, tal como lo dijo el panista Damián Zepeda, ante su necesidad de tomar el partido con la dirigencia nacional. Pero hay que entender la necedad del PRI y el PAN: siempre fueron gobierno y tuvieron el poder. Nunca fueron una oposición. Esos cursos inmediatos de vandalismo los han llevado a ser un hazmerreír de la población: amedrentaron el senado, robaron artículos históricos de la sede, calculando un total de dos millones de pesos como “daños colaterales” los cuales tendrán que pagarlos las y los mexicanos. Esa es la oposición.
En Colima fue el mismo tema: la oposición que tanto tiempo remendaba que “esas no son las formas” ahora tomaron esas formas. Realizaron un desastre en su manifestación pacífica. Vimos herido de gravedad al Magistrado Rubio, lo cual aprovechó nuestra bendita oposición para decir que estaban siendo golpeados por los policías aliados de los morenistas. No esperaban que se filtraría el video donde ellos mismos fueron quienes lo golpearon. Todo les salió mal. Como bien lo escribo: fueron el hazmerreír y sus patrocinadores empresariales no están muy contentos que digamos.
Lo que sí es cierto es que ellos mismos evidenciaron la ineptitud del Poder Judicial. Tenemos varios días ante el paro de dicho organismo, ¿y vemos algún problema? No. Es tan ineficaz ante la nación que no vimos que afectara en algo su detención de labores. Muy diferente sería que los ruteros y taxistas de Colima hicieran un paro laboral de una hora; eso sí haría un caos, con tan solo una hora.
¿Y ahora qué sigue? Lo primero es observar los caprichos de la oposición, magistrados, jueces, conglomerados mediáticos y empresarios nacionales y transnacionales. Pues lo polémico es que, en 2025, a través del voto popular, escogeremos a nuestros jueces actuales, los cuales se reducirán de 11 a nueve. Lo que no es favorable para estos poderes fácticos es la Junta de Supervisión Independiente que tendrá el poder de sancionar, suspender y destituir a jueces corruptos. Una medida que generó ampollas en la oposición. En pocas palabras y letras: sí hay una posibilidad de frenar la corrupción de ellos mismos.
La molestia articular es la reducción de privilegios, pues la reforma judicial eliminará las pensiones vitalicias, la reducción salarial de 450 mil pesos mensuales, que apenas y los hacen vivir al día, y un límite a la duración no mayor a seis meses para la resolución de los juicios. Hasta el momento ese es el problema medular: seis de cada 10 presos siguen sin sentencia por la lentitud de los procesos.
¿Quiénes son los más afectados? Es seguro que no es el pueblo mexicano, pero los datos revelados sobre los puestos que se otorgan en el Poder Judicial son entre ellos mismos. Actualmente, cada magistrado tiene un 4.7% de hijas, hijos y familiares trabajando para dicho poder. Así como en la Nueva España, tenemos un grupo monárquico en pleno siglo XXI.
No podemos asegurar que sea factible la reforma al poder judicial, lo que si es necesario reformar a dicho poder. Cada organismo de cualquier índole debe estar en constante movimiento para su mejora. El dolor es el cambio rotundo, la eliminación de privilegios y controlar el ingreso a este poder, el cual actualmente está tomado por ciertas dinastías, aunque suene rimbombante.