Colima.- La persona que bebe alcohol en exceso cada fin de semana puede convertirse en alcohólico, y si luego de tomar demasiado no está intoxicada, es posible que haya desarrollado tolerancia a esta droga, lo que constituye un signo de alarma, ya que puede tener un problema de alcoholismo o dependencia a esta bebida porque su organismo requiere mayor cantidad de este compuesto para sentir los mismos efectos, señaló la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado de acuerdo a información del Consejo Nacional contra las Adicciones.
En el marco de la XXI Semana Nacional de Información Compartiendo Esfuerzos que lleva a cabo en el estado la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, la dependencia agregó que mientras se alcanza ese estado de adicción, la persona sufre ciertos cambios en su conducta, como promesas repetidas de dejar de beber, pero toma cada vez más.
En este sentido, los primeros cambios perceptibles de la personalidad del dependiente de alcohol son mayor irritabilidad y aparición de “lagunas mentales”; actitud de negación y ocultamiento; ingestión de alcohol por la mañana y a solas, y signos visibles del efecto permanente de esta droga (olor a alcohol).
Así mismo, la bebida se vuelve una necesidad cotidiana; hay ausentismo laboral y problemas familiares; mayores cambios en la personalidad; se vive para beber, y se perciben trastornos importantes, como temblores, mala nutrición y alucinaciones.
Por ello, para prevenir el abuso en el consumo de alcohol se recomienda evitar personas que normalmente inducen a tomar; no acudir a eventos donde es clara la obligación de consumir alcohol; reconocer si dentro de la historia familiar hay consumo de alcohol, y realizar reuniones y celebraciones donde se evite al máximo el consumo de bebidas alcohólicas.
Si la persona decide beber alcohol en reunión, comida o evento al que asista, es recomendable no sobrepasarse (el consumo moderado para el hombre son 4 copas o menos por ocasión y para la mujer es de 3 copas o menos por ocasión), evitar el consumo de más de una copa por hora; alternar el consumo de bebidas con o sin alcohol (beber poco a poco); empezar por otro líquido, no por una bebida alcohólica, si se tiene mucha sed; dejar el vaso en la mesa cuando no se beba y no sostenerlo en la mano todo el tiempo, así como ingerir alimentos con las bebidas.
La Secretaría de Salud indicó que el daño que provoca el alcohol depende principalmente de la cantidad que se ingiere, ya que no es lo mismo consumir un par de copas un fin de semana que embriagarse cada viernes o sábado, lo que también provoca daños al hígado y al cerebro y propicia accidentes en la calle (choques y atropellamientos), en la casa y en el trabajo, además de generar violencia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estima que en el orbe (de 2 mil millones de personas consumen bebidas alcohólicas, y de éstas, más de 76 millones son dependientes del alcohol, lo que causa cerca de 2 millones de muertes (3.2% del total de muertes) anuales a nivel internacional y la pérdida de 58 millones de años de vida que las personas podrían vivir sanamente. Boletín de Prensa