Por Héctor A. Romero Fierro
Al estar terminando la columna me enteré de la detención del general de División Salvador Cienfuegos, quien fuera de 2012 a 2018 secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto, situación que fue revelada por el embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, quien informó eso al canciller Marcelo Ebrad, sin que al cerrar la edición el gobierno del país vecino revelara los cargos.
Cienfuegos Zepeda de 72 años además estuvo destacado como comandante de las regiones militares de Jalisco, Ciudad de México y Chiapas, además de una carrera destacada en el ejército mexicano, del que fue militar activo desde el 23 de enero de 1964 hasta el año 2018, inclusive fue director del Heroico Colegio Militar.
Algunos medios de comunicación señalaron que el general fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles, California, al llegar al país vecino con su familia. Otros medios señalaron que la detención fue efectuada por petición de la DEA, sin que esto haya sido confirmado.
Durante muchos años hemos tenido información de que algunos mandos del ejército operaban para algunos cárteles, pero de eso a que el general secretario esté involucrado hay un gran trecho.
Si el señor es culpable, pues deberá ser procesado, aunque espero que no sea de esas acusaciones cuyo único soporte se basa en declaraciones de “testigos protegidos”, o que sea una medida desesperada de Trump para dar una imagen de eficaz en el combate al narcotráfico de cara a las elecciones, incluso con ese actuar ayuda al Presidente López.
Lo que sí es vergonzoso es que algunos en lugar de preocuparse por el prestigio del país y de nuestro glorioso ejército mexicano, aplaudan la detención como triunfo de la “CuatroTé”. Contacté a un alto mando de nuestras fuerzas armadas, pero prefirió no opinar al respecto, solo señaló que llevaba más de 100 llamadas, muchas de ellas mejor no las contestaba.
Lo curioso es que a la Fiscalía General de la República le vuelve a tomar de sorpresa, como en el caso de García Luna, ya que en nuestro país no había ninguna carpeta de investigación en su contra.
En otro tema, es increíble el terror y odio que le tiene el Presidente López al ex presidente Felipe Calderón y a la agrupación política que dirige su esposa, México Libre para que hayan operado desde la presidencia de la República para que, primero el Instituto Nacional Electoral y luego el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le negaran el registro como partido político. Tienen razón los que afirman que es un atentado contra la democracia, máxime que a las agrupaciones políticas afines a Morena que lo solicitaron, si les otorgaron el registro.
En Guadalajara sigue la policía distraída con detener apartalugares en lugar de realizar sus funciones de vigilancia, ya que tienen instrucciones de apoyar a los inspectores del ayuntamiento. Mejor ayuden a ubicar todos esos “antros” que por la pandemia dicen que no operan, pero que (a cambio de una lana) les permiten operar a puerta cerrada hasta la madrugada.
Ahí hay vidas humanas involucradas y no peligrosos delincuentes armados con cubeta, agua y jabón. Por cierto, son molestos los actos anticipados de campaña del alcalde de Guadalajara disfrazados de encuestas telefónicas a deshoras.