Crónica sedentaria
Por: Avelino GÓMEZ
Colima, en estos últimos cinco años, aprendió a gobernarse sola. Por alguna o varias razones, la gente de Colima poco necesitó al gobernador Peralta Sánchez. Vamos, no es que no lo necesitara, en realidad el gobernante no estuvo, no supo estar para la gente. Y bajo esa situación, Peralta Sánchez —de extracción priista— pronto fue prescindible, innecesario. En últimas fechas ya hasta es incómodo. Y ni modo. Ni modo por él, ni modo por nosotros. Llegado el periodo de campaña políticas, en el que otros actores buscan ganarse el favor del electorado, el actual gobernante parece difuminarse.
El espacio mediático está ahora ocupado por los hombres y las mujeres que buscan gobernar Colima por los siguientes seis años. Tal vez la mayoría de los candidatos privilegiarán, en sus respectivas líneas discursivas, el tema del cambio. Con excepción, claro, de la candidata oficial del PRI que también, gracias a una coalición, es candidata del PAN y del PRD —dos partidos que, históricamente, pugnaron por sacar al PRI de la gubernatura, pero ya no lo harán—. Había que sobrevivir a una pandemia para llegar a ver esto. A Mely Romero, quizás, le costará encontrar una línea argumental equilibrada y creíble que atraiga al electorado.
Ahora bien, lo que llama la atención (y no debería), es el hecho de que en esta ocasión tenemos cuatros mujeres candidatas, en comparación a sólo dos hombres candidatos. Y no debería llamar la atención, digo, porque eso exhibiría nuestro atávico machismo. Lo cierto es que la fuerte y sentida presencia de mujeres en el juego electoral viene a refrescar y enriquecer las opciones, los discursos y las posturas en esta campaña. De entrada, las encuestas colocan a una mujer como favorita en la carrera por la gubernatura. Eso ya nos dice algo. Pero la candidata de Morena, Indira Vizcaíno, parece no tener una carga discursiva que no sea la que ya su partido desgastó. Y una frase recurrente en ella es “estoy lista”. Vaya uno a saber a dónde quiere llegar con su muy personal mantra. Falta, desde luego, ver cómo se desempeñará y qué rumbo habrá de tomar la dinámica electoral.
El lugar común dice que todos esperamos que esta sea una contienda sin ataques, limpia y de total respeto entre los candidatos y sus simpatizantes. La realidad casi siempre es otra. Los ánimos, cuando se trata de política, a veces se desbordan. Por ejemplo, el candidato de Movimiento Ciudadano, a quien ya lo hemos visto desempeñarse en el mismo papel, tiende a acalorarse conforme se acerca el día de la elección. Y siempre hace lo que todos esperamos que haga: optar por la confrontación. En ese sentido, Leoncio Morán es un actor político que pocas sorpresas habrá de darnos.
El otro aspirante hombre que está entre los primeros en las encuestas es el del Partido Verde. Curiosamente, fue el primero que, luego de su registro, abordó inmediatamente el tema de la alternancia. De hecho, se asumió como la opción viable para sustituir al actual y decepcionante gobernador Peralta. Y lo hizo en un lenguaje enmarcado en la corrección política, enfocado en ese electorado que se ha instalado detrás de la barrera a ver cómo irá el juego. Aunque no es el favorito, parece que Virgilio Mendoza va de menos a más. Por lo pronto encontró el hilo de una narrativa necesaria: que quien gobierne Colima no sólo tenga las ganas, sino también las habilidades para hacerlo.
El juego apenas empieza.