LECTURAS
Por: Noé GUERRA PIMENTEL
Según el mapa estadístico estatal que cada día se publica con corte a las 16 horas, al sábado 6 de junio y al margen de los llamados casos “negativos”, “sospechosos” y “positivos acumulados” con sus “activos” y “recuperados”, el comportamiento epidemiológico por defunciones en el estado de Colima, en 80 días corridos desde la declaratoria el 17 de marzo, ha sido de 30 casos mortales atribuidos al covid-19, distribuidos en cinco de las diez municipalidades de la entidad: 3 en Armería, 2 en Colima, 1 en Coquimatlán, 22 en Manzanillo y 1 en Villa de Alvarez.
Cierto, ante lo desconocido no hay fórmulas ni planes ni estrategias, pero lo menos que podemos esperar de nuestras autoridades es su reacción, su capacidad de respuesta, sus acciones; no importa que se equivoquen o se contradigan pero que se vea que están haciendo algo, que están preocupados por nosotros y realmente comprometidos con quienes los pusimos ahí donde están.
Que tampoco nos mientan o traten de engañar y menos que evadan su responsabilidad culpando a otros o acusando por lo que sí están haciendo lo que ellos no, cuando ellos, en su momento y condición, no se atrevieron a enfrentar actuando con responsabilidad y asumiendo las consecuencias. “Que me acusen por hacer, por lo que como autoridad haga y no por lo contrario”. Escuché a alguien.
La desinformación ha sido la constante en este largo periodo de contingencia sanitaria, los más altos niveles del sector salud han sido discordantes, incluso ante lo más elemental como lo es la autoprotección individual preventiva, que si el tapabocas, que si no; que mejor la careta, que nada; que el túnel desinfectante, que tampoco; que la desinfección pública periférica ¡que menos! etc.
El hecho es que en lo general hemos obedecido más al instinto y al sentido común que a la ciencia; lo hemos visto desde la OMS hasta en el modesto centro de salud comunitario, en la calle y en la casa, nadie, con certeza, nos ha podido indicar qué es lo mejor y más adecuado en esta circunstancia, mientras tanto continuamos obedeciendo e imitando más con miedo que por convicción.
Mientras el subsecretario de salud invita a no salir, a usar el cubrebocas, aislarnos y a guardar distancia y desde atrás lo oye el presidente López Obrador, desde ese momento y desde antes, él, el presidente, da el ejemplo haciendo exactamente lo contrario y lo más grave, afectando con recortes presupuestarios a los estados con lo que les limita su capacidad de maniobra para hacer frente al tema.
De los estados de la república ni hablamos, solo apuntar que la mayoría, 25, ante la realidad impuesta, salvo los siete que ya le plantaron cara al gobierno federal y entre los que para bien se encuentra el de Colima, han sido omisos dejando a sus gobernados a su suerte y, en el mejor de los casos, solo sumando muertos por esta presunta causa, tratando de cohibir otras iniciativas y atacando a sus críticos, como el caso del de puebla.
Los municipios, también la mayoría andan por las mismas y, para muestra, solo ver lo que, en Colima, por ejemplo, viene haciendo cada uno de los diez que conforman al estado. Rememoremos las acciones de la autoridad correspondiente: Armería, Colima, Comala, Coquimatlán, Cuauhtémoc, Ixtlahuacán, Manzanillo, Minatitlán, Tecomán y Villa de Alvarez. Listado al que con sus diputados distritales y plurinominales debemos sumar con su actuación como poder legislativo.
Tenemos desde los que se la han llevado nadando como de muertito y sin hacer olas, dejando pasar y los desentendidos, o los que luego de casi tres meses solo han atinado a regalar despensas y ficticiamente enfermarse, hasta los que, violando derechos y sin las mínimas atribuciones legales se han puesto a bloquear vías de comunicación, amedrentar gente con sus cuerpos policiales, obstruir accesos y desalojar a ciudadanos de los espacios públicos.
En contraparte, también hay los que en medio de todo sí están haciendo, aún con sus disminuidos recursos se están atreviendo. Usted los identifica, son solo dos a lo sumo tres, los munícipes que, tomando decisiones y cubriendo omisiones, asumiendo su responsabilidad histórica, con carácter y liderazgo, han apuntalado la agenda preventiva sanitaria del estado, misma a la que con senda publicación hecha este sábado se posiciona el ejecutivo estatal para legalmente dinamizar la movilidad social responsable ante, como la definí antes: NUEVA REALIDAD.