La tristeza daba lugar a la ira el jueves en Grecia mientras los rescatistas buscaban sobrevivientes, tres días después de que un incendio forestal provocara la muerte de al menos 83 personas y destruyera un pueblo en las afueras de Atenas.
Familiares desesperados salieron en la televisión para pedir información sobre los desaparecidos, mientras que otros residentes de Mati preguntaron por qué las autoridades no habían podido impedir que tantos de sus vecinos quedaran atrapados por un muro de fuego en calles sin rutas de escape.
“Esto no tendría que haber pasado, la gente murió sin ninguna razón”, gritó una mujer al ministro de Defensa, Panos Kammenos, cuando el funcionario visitó el pueblo y áreas cercanas afectadas por el incendio. “¡Nos dejaron a la voluntad de Dios!”, agregó, entre lágrimas.
Mientras se espera que la cifra de muertos aumente, unos 300 bomberos y voluntarios recorrían la costa y los terrenos quemados buscando a decenas de personas que seguían desaparecidas, entre ellas dos mellizas de 9 años.
Otros se acercaron a los medios para pedir información. Una mujer dijo que estaba buscando a su hermano, quien volvía del trabajo cuando el fuego comenzó. “Mi papá fue la última persona en hablar con él el lunes por la tarde”, dijo Katerina Hamilothori a Skai TV. “No hemos tenido ninguna noticia”, agregó.
La causa del incendio aún es incierta y está siendo investigada por la fiscalía de Atenas, que también está revisando la manera en que se manejó el desastre.
Las autoridades locales dijeron que vientos fuertes e impredecibles habrían vuelto inútil incluso al plan de evacuación mejor ejecutado, pero los bomberos contaron a Reuters que algunas tomas de agua en la zona estaban vacías.
Una teoría que está siendo examinada es que el incendio se inició deliberadamente en tres localidades al mismo tiempo.