Manzanillo.- Activistas de Greenpeace en México protagonizaron una audaz protesta la mañana de este 27 de septiembre al abordar el imponente buque minero conocido como Hidden Gem, que se encuentra anclado en la Bahía de Manzanillo, en Colima.

Su objetivo era colgar una gigantesca pancarta con la consigna «Destructor del Océano» para denunciar públicamente las amenazas que este enorme barco representa para el ecosistema marino.

La protesta pacífica de Greenpeace tenía como objetivo destacar el riesgo que supone la presencia del Hidden Gem en Manzanillo, que evidencia las intenciones de la industria minera, en particular la empresa minera canadiense The Metals Company, de iniciar actividades de extracción de minerales, específicamente en la Zona Clarion Clipperton, ubicada entre México y Hawái.

Esta área es conocida por albergar nódulos polimetálicos, depósitos minerales que contienen valiosos recursos como cobre, níquel y manganeso. Estos nódulos han requerido millones de años para formarse y se encuentran en lo más profundo del lecho marino, una región escasamente explorada pero que recientemente reveló la existencia de cinco mil nuevas especies marinas, ahora amenazadas por los planes de explotación de esta industria.

La actividad minera en esta zona también representa una amenaza para México debido a su proximidad a áreas naturales protegidas, como el Pacífico Mexicano Profundo y el Archipiélago Revillagigedo, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. Los impactos negativos de la minería en aguas profundas incluyen la contaminación lumínica y acústica, así como la liberación de sedimentos que podrían aumentar la turbidez del agua y movilizar contaminantes, lo que afectaría a numerosas especies, incluyendo a los cetáceos.

La presencia del Hidden Gem en México cobra relevancia dado que el gobierno del país ha participado recientemente en dos procesos internacionales destinados a la regulación y protección de los océanos. En julio pasado, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) concluyó sin dar su aprobación a la minería en aguas profundas. En marzo de este año, la Organización de las Naciones Unidas finalmente ratificó el Tratado Global de los Océanos, un acuerdo que busca convertir al menos un tercio de los océanos en áreas protegidas para 2030, al cual México se adhirió a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Ruth Ramos, campañista de Greenpeace México, señaló: «Nunca antes se había visto una oposición tan fuerte a la minería submarina; hoy más de 20 países se oponen a ella. La resistencia contra esta industria sigue creciendo y el poder de la gente, de las comunidades indígenas y de la sociedad civil ha sido crucial para ello. Sin embargo, la industria de la minería submarina persiste en sus planes. A pocos días de la decisión de la ISA de no dar luz verde a la minería en aguas profundas, The Metals Company anunció su intención de llevar a cabo actividades mineras comerciales».

Es importante destacar que en México la minería submarina está prohibida por ley (artículo 20 de la Ley Minera) y se busca que también esté prohibida en aguas internacionales. Los recursos minerales de los fondos marinos en la Zona Clarion Clipperton, donde The Metals Company planea extraer metales, se consideran «patrimonio común de la humanidad». Por tanto, es crucial garantizar la conservación y preservación de estos recursos naturales y biológicos para las generaciones presentes y futuras. No oponerse a la industria de la minería en aguas profundas contradice el compromiso de México de proteger el océano, expresado al firmar el Tratado Global de los Océanos. Por lo tanto, es fundamental que México se oponga a la minería en aguas profundas y respalde una moratoria en esta industria para mantener su credibilidad en la protección del medio ambiente.

Con esta protesta, Greenpeace México busca enfatizar su posición de no convertir a México en un promotor de la minería submarina. La oportunidad de detener a tiempo una industria que causaría daños irreparables al medio ambiente es ahora más real que nunca. Se invita a las personas a unirse a la campaña «Alto a la minería en aguas profundas» firmando la petición o compartiéndola para marcar la diferencia en la protección de nuestros océanos.