Pare regocijo de sus seguidores y gracias a una sentencia judicial, el gurú indio Ashutosh Maharaj, declarado clínicamente muerto en 2014, podrá seguir reposando en un congelador en el oeste de la India hasta que despierte del estado de transcendencia en el que se encuentra, como sostienen sus devotos.
«El tribunal ha hecho valer nuestro derecho constitucional a la libertad de fe (…) Vamos a seguir siendo consecuentes con nuestra fe y nuestras creencias», explicó hoy a Efe Jaya Bharti, portavoz de la agrupación Divya Jyoti Sansthan, fundada por el gurú.
El litigio, resuelto ayer en el Tribunal Superior de Punjab y Haryana, comenzó cuando Dalip Kumar Jha, un hombre que aseguraba ser hijo del gurú declarado muerto el 28 de enero de 2014, pidió incinerar a su padre en una pira funeraria, según el rito hindú.
Sus seguidores se negaron, defendiendo que Maharaj se encontraba en un estado de «samadhi», en el que de acuerdo con varias corrientes místicas de la India la conciencia está tan disociada del cuerpo que éste permanece insensible, pero vivo, por lo que preservaron al gurú en un congelador industrial en su propio templo.
«No es nada nuevo, hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de la India con evidencias de estados trascendentales de este tipo», defendió Bharti.
Ante el rechazo frontal de los seguidores, Kumar acudió a los tribunales, que en una primera instancia en 2014 le dieron la razón y ordenaron que los seguidores se deshicieran del cuerpo, hasta ayer, cuando la decisión fue revertida.
«Declinamos invadir el territorio sagrado de las creencias personales y discrepamos (con la anterior sentencia) y su orden de deshacerse del cuerpo a no ser que haya pruebas evidentes de su degeneración o el asunto genere problemas relacionados con la salud pública, el orden o la moralidad», reza la sentencia del tribunal.
El tribunal determinó que obligar contra su voluntad a los seguidores de Ashutosh a deshacerse del cuerpo sería atentar contra su derecho a la libertad de culto recogido en el artículo 25 de la Constitución india.
En la sentencia se explica además que en el estado de Punjab, en el norte de la India, no existen leyes que regulen u obliguen a deshacerse de los cuerpos de los fallecidos y, además, el tribunal no encontró pruebas concluyentes para determinar que el demandante era verdaderamente hijo del gurú.
El tribunal ordenó también la creación de un equipo médico que evaluará periódicamente el estado del cuerpo y cuyos gastos serán costeados por la congregación, para lo cual deberán disponer un fondo de 5 millones de rupias (68.000 euros) en una cuenta bancaria.
«Estudiaremos ese punto y haremos todo lo que los jueces decreten porque nuestro principal deseo es respetar la ley», explicó la portavoz de la congregación.
Maharaj fundó su asociación religiosa en 1983 para promocionar «el autodespertar y la paz global», y con los años la agrupación creció a lo largo del mundo hasta alcanzar más de 30 millones de seguidores y 350 sedes en más de 15 países.
Durante los últimos tres años, el supuesto hijo del gurú y la asociación se han acusado mutuamente de querer apropiarse de la fortuna de Maharaj, ya que las propiedades de la asociación tienen un valor estimado de más de 160 millones de dólares. EFE