El número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», es el rebelde con más peso en la mesa de negociación.
Estará acompañado por Rodrigo Granda o «Ricardo Téllez»; Jesús Emilio Carvajalino o «Andrés París»; Luis Alberto Albán o «Marcos León Calarcá»; y el más polémico, el ideólogo Juvenal Ricardo Ovidio Palmera, conocido como «Simón Trinidad», quien cumple en Estados Unidos una condena de 60 años de cárcel por secuestro.
La manera como este líder insurgente podrá ejercer su papel de negociador no está clara.
«Iván Márquez» es el segundo al mando de las FARC tras Rodrigo Londoño Echeverry, alias «Timoléon Jiménez» o «Timochenko», y portavoz internacional.
Ingresó al grupo armado en 1977 y lo abandonó para unirse a la Unión Patriótica, un partido que germinó tras un primer proceso de paz en los años ochenta del siglo pasado y que terminó con el exterminio de sus integrantes por los paramilitares y el propio Estado.
En medio de la muerte de unos 3.000 militantes y dirigentes de ese partido, «Iván Márquez», que llegó a tener un escaño en la Cámara Baja, regresó a la lucha armada y desde entonces estuvo a la sombra de los jefes históricos: los fallecidos Pedro Antonio Marín o «Tirofijo», Luis Morantes o «Jacobo Arenas» y Víctor Julio Suárez Rojas o «Mono Jojoy».
Tras la muerte de «Alfonso Cano», sucesor de «Tirofijo», su nombre sonaba como posible sucesor, pero la máxima jefatura recayó en «Timochenko».
En cuanto a Rodrigo Granda tuvo gran notoriedad cuando fue detenido en 2004 en Venezuela y el expresidente francés Nicolás Sarkozy pidió al entonces presidente colombiano, Álvaro Uribe, su puesta en libertad para favorecer la liberación de Íngrid Betancourt, entonces secuestrada.
Entre 1970 e inicios de los años ochenta formó parte de la dirección del Partido Comunista y fue responsable de propaganda; luego apoyó las campañas de los candidatos de la Unión Patriótica a la Presidencia, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jamarillo, ambos asesinados.
Aquellos hechos le empujaron a sumarse a las filas de las FARC, donde centró sus labores en Venezuela y Ecuador y mantuvo contactos con organizaciones de la izquierda europea.
«Andrés París», otro de los hombres fuertes de la mesa, siempre ha formado parte del ala política y pertenece al Estado Mayor Conjunto. Participó en el fallido proceso de paz con el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y, según las autoridades, ha mantenido vínculos con jefes de carteles internacionales de la droga.
«Marcos León Calarcá» fue embajador de las FARC en México hasta 2002, cuando el Gobierno de Vicente Fox lo expulsó y se trasladó a Bolivia. Este guerrillero ha sido durante años representante en varios países sudamericanos y centroamericanos.
Por último, la elección de «Simón Trinidad» fue el primer desafío que las FARC plantearon al Gobierno tras el anuncio del nuevo diálogo de paz ya que cumple una condena de 60 años en EE.UU. por secuestro.
Este guerrillero, quien estudio Finanzas en la Universidad de Harvard, llegó a ser gerente de un banco colombiano antes de sumarse a las filas rebeldes en 1987.
Fue cuando huyó a la Sierra Nevada de Santa Marta y terminó convirtiéndose en el máximo jefe del Bloque Caribe de las FARC. Está considerado un ideólogo y uno de los «duros» del grupo armado.
Durante las negociaciones con Pastrana, «Simón Trinidad» fue uno de los portavoces de las FARC.
Entre los suplentes estará el octogenario Miguel Ángel Pascuas («Sargento Pascuas»), cofundador de la guerrilla junto a «Tirofijo» y comandante del VI Frente, uno de los más activos y que opera en el suroeste de Colombia.
También Seuxis Paucias Hernández Solarte («Jesús Santrich»), integrante del grupo subversivo desde hace 27 años y muy próximo a «Iván Márquez»; y Orlando Jurado Palomino («Hermes Aguilar»), a quien la justicia de Paraguay vincula con el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas, hija del expresidente de ese país Raúl Cubas.
Por último serán suplentes «Bernardo Salcedo», de la Comisión Política y también negociador en la era Pastrana.
Y Emiro del Carmen Ropero Suárez («Rubén Zamora»), quien ingresó a las FARC en 1985 en medio de la persecución a la Unión Patriótica.
Con información de EFE