El Presidente Estatal del PRD, Francisco Rodríguez, declaró que la reforma electoral del PRI, que a su estilo y modo aprobó ayer, en la oscuridad de la noche y en la opacidad de la información, resultó ser el primer Código Electoral aprobado sin la participación de los partidos políticos.
Una reforma electoral que atañe las reglas con que los institutos políticos registrarán sus candidaturas, que modifica tiempos y gastos de campaña, que regula las cuotas de género y de jóvenes, que reduce el financiamiento y controla los procesos internos de selección de candidaturas, no debió ser aprobada sin la convocatoria abierta y transparente a todos los partidos políticos. Así se habían discutido las anteriores reformas electorales, mesas amplias de diálogo, debate y discusión donde todos los afectados tenían derecho a exponer sus ideas y propuestas.
Hoy con esta reforma, el Congreso se erige en un poder autocrático, bipartidista y monolítico. Muy alejado de la realidad política de Colima, es hoy en día un poder legislativo excluyente.
Regular las entrevistas de radio y tv es una materia pendiente, todos los partidos políticos en el proceso electoral de 2009 le dieron la vuelta a la legislación y contrataron espacios en eso medios electrónicos en forma de entrevistas pagadas, donde tales medios crearon empresas asociadas a diseño de imagen y difusión en internet para facturar así el costo de tales espacios. Esta fue una práctica inequitativa que se volverá a repetir, donde los partidos como el PRI y el PAN con amplios recursos que les favorecen por ser gobierno acaparan los mayoría de los espacios con mejor audiencia.
Esta reforma les juega el dedo en la boca a las mujeres y a los jóvenes porque a las primeras solo les habla de que “podrán registrar hasta el 70% de un mismo género” cuando en el código electoral anterior garantizaba la obligatoriedad explícita de que así fuera. Y en el caso de los jóvenes el compromiso radica únicamente de garantizar su inclusión pero no dice en qué porcentaje. Al respecto, el PRD tenía la propuesta de obligar a los partidos a registrar el 50% de candidaturas mujeres y el 20% de jóvenes, cuyos suplentes también deberían ser de la misma acción afirmativa, es decir, suplentes mujeres y jóvenes, para evitar así “las juanitas” del nivel federal donde registran de propietaria a una mujer y suplente a un hombre para cumplir la ley pero una vez que llegan renuncia la mujer para dejarle el lugar al hombre. Esto puede pasar en Colima y por eso rechazamos la contrarreforma electoral del PRI y sus comparsas.
