Colima.- La iglesia católica no es ajena a la inseguridad, puesto que ha sufrido robos de alcancías y cálices; tanto sacerdotes como monjas, al igual que miles de ciudadanos, han recibido llamadas telefónicas de extorsión, reveló el obispo de Colima, Marcelino Hernández Rodríguez.
“A veces sí recibimos llamadas que se interpretan que son con el fin de extorsión, pero todos sabemos lo que debemos hacer: colgar y no prestarnos a eso”, dijo en rueda de prensa la mañana del lunes. Pese a los intentos de extorsión, expuso, aseguró que no hay sacerdotes amenazados o con protección policiaca personal.
Estas llamadas de extorsión, consideró, son «como las que reciben las personas en general”, sólo que los presbíteros saben cómo reaccionar y, en casos más graves, avisar a las autoridades.
Marcelino Hernández también reportó que ha habido robos en iglesias, pero menos de los que se registraban anteriormente.
“Seguido se da que se llevan las alcancías. Lamentablemente a veces se llevan también los vasos sagrados creyendo que son valiosos, pero no son valiosos, tienen su doradito nomás para que se vean bonitos; los tiempos no son para tener joyas ni cálices muy costosos o platos de oro, eso ya no se da, se usan cosas de latón”, explicó.
Respecto al reciente asesinato de la joven Alitzel, originaria de Quesería, en Cuauhtémoc, el obispo consideró que “a todos nos toca hacer algo a favor de la seguridad”.
“Se le ha faltado el respeto a la mujer y todos tenemos madres, hermanas, hijas, yo pienso que todos sabemos que le debemos mucho a la mujer; cuando pasan esas cosas tan lamentables, nos angustiamos, pero el llamado es a ser responsables en los valores que sabemos hemos estado perdiendo”.
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