Iglesia y sociedad colimense marcharon por la paz

Colima.- Luego de rezar un “Padrenuestro” comenzó la Marcha por la Paz, encabezada por el obispo de Colima, José Luis Amezcua Melgoza: un evento pacífico y silencioso al que convocó la Iglesia católica en el estado tras el incremento de la violencia y la criminalidad no solo en la diócesis, sino en todo el país, el cual arrojó la muerte de la niña Irma Jazmín, de Tecomán, y la del sacerdote José Flores Preciado en días pasados.

Más de 7 mil personas se dieron cita en el monumento al Rey Colimán, desde donde partió la marcha social más grande registrada en Colima. Niños, familias, hombres, mujeres, religiosas, seminaristas desfilaban en silencio, vestidos de blanco en su mayoría. Entre la multitud aparecieron pancartas, banderas de México y pendones con la imagen del padre José Flores Preciado.

Ni las cabalgatas acumuladas de La Villa en este 2013 han podido reunir esta cantidad de ciudadanos.

La marcha que inició en punto de las 17:00 horas, siguió por la avenida Rey Colimán, enfiló rumbo al jardín Núñez y se dirigió a las afueras de la Catedral Basílica Menor, donde se llevó a cabo una celebración eucarística, la primera también con esa concurrencia.

El helicóptero de Gobierno del estado sobrevoló el lugar como medida precautoria. Elementos de la Dirección de Tránsito Estatal, de la Dirección de Seguridad Pública del Estado, a bordo de camionetas y en bicicleta, resguardaron la seguridad de los asistentes.

Homilía

Durante el sermón de la homilía que comenzó alrededor de las 18:30 horas, cuando llegó el último contingente, el obispo señaló que ya no se quiere vivir con miedo.

«Deseamos que nuestra marcha y nuestra vida sean una fuerte llamada a la conciencia y a la conversión de todos, pero de modo especial de quienes hoy parecen haber hecho de la violencia su propia razón de existir. Una invitación firme a todos para iniciar la cruzada por la paz» expresó el clérigo.

Agregó: «no queremos vivir más en el miedo que corre entre las venas ni que otros hermanos sean levantados mientras caminan temerosos y que pasan a formar parte de una fría estadística, o sean unos mas de los desaparecidos y luego sepamos que están muertos. Queremos exclamar que haya justicia y paz en nuestros pueblo, que no se queden solos y que pueda vivir en ellos».

Refirió que la convocatoria que tuvo este evento, es una muestra de que son más los que quieren la paz. Señaló que es claro que se debe que reconquistar la paz que se ha perdido, vivir en armonía, lo que hoy parece casi imposible.

Convocó a los asistentes a que reflexionen sobre lo que cada quién debe hacer desde el lugar en el que se encuentra.

«Nuestra marcha quiere decir a todos que deseamos la paz, el trabajo, la alegría, la vida, la convivencia sana, que hablamos de misericordia y perdón, pero también de justicia y de paz», estableció.

Amezcua Melgoza señaló que la paz no se puede alcanzar sin salvaguardar los bienes de las personas, la libre comunicación, el respeto a las personas, la fraternidad.

Agradecimiento

Al final de la homilía un sacerdote a nombre del obispo agradeció a los participantes su asistencia, y los invitó a fomentar la paz.

Así mismo, convocó a que al concluir la ceremonia eucarística, se dieran un abrazo como muestra de que hay disposición de cofundar una sociedad fraterna.

Esta marcha se replicará el domingo 17 de febrero en Tecomán y Manzanillo, así como en diversas comunidades de la diócesis, anunció.

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