Stuart Hughes, ¿quién si no podía tener el mal gusto para encolar un iPhone 4 con un puñado de diamantes? Nadie más, suponemos, pero es que el mercado para los teléfonos de 20.000 dólares (16.000 euros al cambio) tiene que ser uno francamente reducido. Dicho esto, su nuevo «Diamond Edition» no solo incluye multitud de fragmentos de rutilante carbón cristalizado, sino 32 GB de memoria (si te mete uno de 16 GB sería para tirárselo a la cabeza) y el obvio beneficio de venir sin contrato, que por lo que cuesta es lo mínimo que podríamos pedir.
Si estabas a punto de comprarte un iPhone 4 y las fundas de silicona te producen urticaria solo de pensar en ellas y en las masas proletarias que las usan, ya tienes algo más a la altura de tus refinados bigotes.