Irlanda es el primer país del mundo en aprobar mediante un referéndum el matrimonio entre personas del mismo sexo, anunció la cadena de televisión pública de ese país, RTE.
Cuando se habían contabilizado los votos de 39 de las 43 circunscripciones del país en el referéndum del viernes 22 de mayo, el “sí” a estos matrimonios tenía 62.3 por ciento de los sufragios, por lo que la tendencia era irreversible.
Los votos a favor del sí se emitieron pese a la férrea oposición de la iglesia católica.
Niamh Fitzgerald, de 29 años de edad, voló a casa desde Birmingham, en el centro de Inglaterra, para el referéndum y fue el primero en llegar a la explanada del castillo cuando se abrió excepcionalmente para celebrar la ocasión.
“Probablemente sea la primera elección del mundo que reduce el poder de la Iglesia católica. Todo el mundo tiene derecho a una religión, pero ninguna religión tiene el derecho a dictar a un país cuáles deberían ser nuestros derechos, por eso es tan importante”.
De este modo, Irlanda se une a los 18 países del mundo, entre ellos España, Uruguay, Argentina y Brasil, donde el matrimonio homosexual ya es legal. En el Reino Unido lo es desde 2014, salvo en Irlanda del Norte.
“Evidentemente, ha habido una impresionante victoria del sí”, admitió ante la radiotelevisión nacional RTE David Quinn, director del Instituto Iona, uno de los líderes de la campaña del no.
Este viernes, más de 3.2 millones de irlandeses estaban llamados a pronunciarse a favor o en contra de una enmienda constitucional que afirma que el matrimonio puede ser contratado de conformidad con la ley por dos personas, sin distinción de sexo.
El referendo, 22 años después de la despenalización de la homosexualidad en Irlanda, dio lugar a apasionados debates en las últimas semanas.
Para Colm O’Gorman, de Amnistía Internacional, la victoria del sí constituye un extraordinario mensaje de esperanza a la comunidad homosexual y transexual, víctima de la persecución en todo el mundo.
La Iglesia hace examen de conciencia
El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, primado de Irlanda, dijo que en realidad la revolución social no empezó hoy, sino que lleva tiempo en marcha.
“Creo que la Iglesia católica tiene que poner los pies en la tierra y no negar esas realidades. Estamos convirtiéndonos en una Iglesia para los acólitos y no en la Iglesia abierta de la que habla el Papa Francisco”, dijo.
A modo de símbolo se desplegaron pancartas con lemas como “Voten sí” e “Igualdad para todos” el viernes en Dublín, cerca de la casa en la que vivió el escritor Oscar Wilde, cuya homosexualidad le costó una pena de cárcel en la Gran Bretaña del siglo 19.
El sí fue defendido por todos los principales partidos políticos irlandeses, incluido el conservador Fine Gael, del Primer Ministro Enda Kenny.
Los partidarios de la reforma constitucional recibieron además el apoyo de celebridades irlandesas como el cantante Bono, del grupo U2, o el actor Colin Farrell. Agencias.