EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí Aguilar
Por fin se hizo justicia para Ingrid.
Increíble que se tenga que agradecer que tuvieran que pasar dos años para que su feminicida fuese declarado culpable. Fue en febrero de 2020 que la pareja sentimental de Ingrid decidió terminar con su vida con una cuchillada y después, desollarla. Como si eso no fuera suficiente, los medios de comunicación y usuarios de redes se solazaron en difundir imágenes de su cuerpo descuartizado. Porque hasta muertas nos violentan impunemente.
El caso, que llevó a la llamada “Ley Ingrid” en la que se penaliza la difusión de este tipo de imágenes, es solo uno de los miles de nuestro país.
En estos dos años hemos visto y clamado por justicia para víctimas que han cobrado tristemente notoriedad. Pues solo en 2020, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se contabilizaron 3 mil 723 homicidios dolosos de mujeres, pero únicamente se consideraron feminicidios 969 casos. Ingrid fue uno de miles.
En febrero se dio a conocer el caso de Fátima Cecilia, una niña de siete años que fue raptada por una mujer para ser presentada como regalo sexual a su pareja. La niña fue víctima de abuso y asesinada.
En agosto de 2020, Danna Miriam, de apenas 16 años, fue asesinada y su cuerpo fue quemado en Mexicali, Baja California.
A inicios de septiembre, Judith y Sara -madre e hija- originarias del estado de Morelos, fueron reportadas como desaparecidas. Fueron torturadas y asesinadas.
Y mientras el Covid continuaba, la pandemia de violencia y odio no cejó. En 2021, 1,004 feminicidios registrados en México, un 2.66% más que en 2020.
Por citar algunos, en víspera del Día Internacional de la Mujer, fue localizado en una fosa clandestina el cuerpo de Cecilia, exfuncionaria del ayuntamiento de Nogales, Sonora, quien llevaba alrededor de dos meses desaparecida.
Y en mayo del 2021 el feminicidio de Reyna González Amador haría que cayera el llamado “caníbal de Atizapán”, dejando al descubierto a un feminicida serial en el Estado de México.
Y si bien el Covid nos dio respiro en 2022 tras la vacuna, este descanso no llegó para las mujeres. En 2022 se han levantado búsquedas implacables como la de Debanhi Escobar, asesinato que hoy en día no ha podido ser esclarecido por las constantes contradicciones de la Fiscalía Estatal. El caso continúa abierto ahora con la Fiscalía General de la República, pero al parecer es labor imposible saber quien asesina a una mujer en este país.
Y esos son los feminicidios que han sido bandera del clamor de justicia, como esos casos se acumulan miles. ¿Dónde está la justicia para aquellas que sus casos no han sido ruidosos mediáticamente? ¿Para esas muertas sin nombre? ¿Para esas mujeres cuyos restos yacen a lo largo de esta fosa común en la que se ha convertido nuestro país? ¿Quién hará justicia a sus madres, hijos, amistades que las buscan? ¿Quién hará justicia a sus restos olvidados por la sociedad y peor aún, por autoridades ciegas ante sus desapariciones? Si , la #JusticiaParaIngrid llegó… pero faltan muchas. Nos faltan muchas que ya nunca regresarán.