Manzanillo.- Pese a que su equipo quedó desplazado al segundo lugar de la temporada en la categoría infantil de la liga municipal Pilotos, se le considera ya como uno de los valores más importantes del fútbol porteño y se le nominó como uno de los jugadores más importantes del ciclo recientemente concluido.
A sus escasos 8 años de edad dominó la liga como pocos mostrando en este certamen dotes de liderazgo, visión y sobre todo calidad.
Su nombre: Karla Monique Montes Frías, portadora del número 10 de su equipo, el subcampeón Chivas Manzanillo.
En apenas su primer año como jugadora de liga en forma rompió paradigmas y se convirtió en este poco tiempo en una promesa a desarrollar figurando en una disciplina dominada por varones.
Sus entrenadores la consideran el alma del equipo tan es así que es la que da indicaciones dentro del campo, mueve a sus compañeros, da órdenes, regaña y, claro, se echa al equipo a sus hombros. Su desempeño marca el derrotero de su oncena.
Karla Monique fue el centro de atención de la final de su categoría –niños nacidos a partir del 2007- y si bien no pudo coronar una temporada de ensueño quedó en la opinión de críticos, compañeros y directivos como una de sus principales figuras y sobre todo con un potencial enorme.
Entrevistada al final del cotejo en el que cayeron frente a su similar de Real Garzas, disputado a más de 32 grados centígrados, Karla Monique Montes –envuelta en un mar de llanto – se declaró fiel admiradora de Lio Messi y Javier Hernández y si bien sueña con ser futbolista profesional para romper las barreras de género impuestas hasta hoy en el mundo del fútbol, tiene bien en claro que debe compaginarlo con la educación. Por ello, dijo, su promedio escolar ronda el diez y tiene en las matemáticas su materia favorita.
Asimismo asegura que entre sus compañeros nunca ha encontrado discriminación alguna ya que, desde los primeros entrenamientos recibió muestras de compañerismo y amistad.
Apuntó que inicialmente sus rivales no la tomaban muy en serio pero al paso de los partidos notó que la marca sobre ella se fue tornando más férrea e incluso, en algunos encuentros, le mandaron defensa especial. Los rivales sabían ya que todos los balones, al ataque y a la defensa, pasaban por sus pies.
Sus padres la acompañaban a todos los enfrentamientos y la final, celebrada el pasado sábado 9 de julio en el López Mateos de Las Brisas, no fue la excepción.
Carlos Montes Salas indicó que su hija contaba los días para afrontar el partido decisivo siempre con la mente fija en la victoria, por lo que se dijo consciente del momento amargo que afrontaba su hija, quien mostró su gusto por el soccer desde los 4 años de edad.
Mónica, mamá de la jugadora estelar, admitió que en principio fueron reacios a que su hija entrara a un equipo en forma pero al paso del tiempo y los resultados, así como el ímpetu de la menor, hicieron que respaldaran con todo a la fina medicampista.
Asimismo declararon que respaldarán en todo momento los afanes futboleros de la niña, aunque buscan que lo tome solo como un hobby, siempre tratando de concientizarla que primero es la escuela.
Eduardo Fernández, un entrenador de ligas infantiles, estuvo presente en esta final ya con su equipo eliminado de antemano.
Aseguró que fue a presenciar el cotejo sólo para cerciorarse de ese mito que corría en las ligas amateurs de sobre una niña que corre como gamo y juega con el balón pegado a los pies como los grandes.
Como a muchos les dolió no ver coronada su excelente ciclo. No obstante afirmó que Karla Monique Montes era la campeona moral de la justa concluida.
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