El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ha expresado recientemente su preocupación respecto a la propuesta de reforma judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, específicamente sobre la elección directa de jueces. En declaraciones que han resonado tanto en México como en Estados Unidos, Salazar ha delineado los potenciales riesgos que esta reforma podría acarrear para la democracia mexicana y la relación comercial entre ambos países.
Salazar, quien ha trabajado en las más altas cortes de Estados Unidos, argumenta que la elección directa de jueces podría debilitar el Estado de Derecho en México. «Basándome en mi experiencia de toda una vida apoyando el Estado de Derecho, creo que la elección directa de jueces representa un riesgo mayor para el funcionamiento de la democracia de México,» declaró el embajador, subrayando la importancia de un Poder Judicial fortalecido e independiente.
La reforma, que busca combatir la corrupción judicial, ha sido vista con escepticismo por Salazar, quien señala que podría no lograr su objetivo y, en cambio, abrir la puerta a la corrupción política. «La elección directa y política de jueces, en mi punto de vista, no resolverá dicha corrupción judicial ni tampoco fortalecerá al Poder Judicial,» agregó, insinuando que podría debilitar la integración económica de América del Norte.
Este posicionamiento ha generado un debate intenso en el ámbito político y económico. Empresarios estadounidenses han mostrado su preocupación, y el mercado ha reaccionado con cautela ante la posibilidad de que la reforma afecte la certeza jurídica necesaria para las inversiones. Incluso, el banco de inversión Morgan Stanley ha degradado su recomendación de inversión en México citando los riesgos de la reforma.
Salazar también ha destacado la colaboración histórica entre México y Estados Unidos, especialmente en temas de seguridad y comercio, sugiriendo que una reforma judicial de este calibre podría poner en riesgo estos avances. «La confianza en el Estado de Derecho es algo que une a ambas naciones norteamericanas,» mencionó, enfatizando la necesidad de un ambiente estable para las inversiones.
La postura de Salazar ha sido interpretada como un mensaje de cautela, no solo para el gobierno mexicano sino también para los inversores, quienes observan con atención cómo se desarrolla esta reforma que podría redefinir el equilibrio de poderes en México. La comunidad internacional y el sector empresarial esperan con interés el desenlace de esta propuesta, que podría tener implicaciones a largo plazo en la estabilidad y la economía de la región.
La advertencia de Ken Salazar sobre la reforma judicial en México no solo refleja una preocupación por la integridad del sistema judicial sino también por las ramificaciones económicas y comerciales que podrían afectar la relación entre México y Estados Unidos. Este tema, cargado de implicaciones políticas y económicas, sigue siendo un punto focal de debate y análisis en ambos países.