Escrita por Bárbara Colio, bajo la dirección de Mauricio Jiménez, “El día más violento” se enfoca en las hazañas de dos personajes históricos: Carmen y Aquiles Serdán, partidarios de Madero y del movimiento revolucionario desde que estaba en ciernes.
Bárbara Colio se sintió atraída por la función que ambos personajes desempeñaron como espías del maderismo: debieron usar prendas del sexo opuesto para trasladarse por su país en tren, columna vertebral del movimiento revolucionario. Esas anécdotas cautivaron a la dramaturga, quien comenzó a unir y tejer los hilos de esta historia, hasta compactarla.
Convencida de que la gente prefiere a los héroes jóvenes que mueren con el ideal intacto —por lo que se recuerda más a Aquiles, que ofreció su vida por una causa—, la dramaturga se centra en Carmen, quien perdió a toda su familia por la causa revolucionaria.
La joven poblana que padeció catalepsia, hacía deliciosos dulces pero también fabricaba bombas caseras y pegaba propaganda; fue una mujer piadosa llena de contradicciones, para quien la violencia consistió en haberse quedado en vida a ver y sentir la pérdida, la desilusión del que se entregó y se comprometió para hacer valer los derechos humanos. Después de todo, escribe Bárbara Colio, sobrevivir es un accidente trágico.
Al transcurrir las escenas de “El día más violento”, todo se encuentra en construcción y movimiento; los espacios, los tiempos, la vida y la muerte que se entrecruzan, como el tren que no detiene su marcha y el paso de estrellas fugaces. En la ficción de esta obra, Carmen Serdán es una mujer que hubiera preferido morir en batalla, por lo que se hace un contraste entre la idealista que tomó las armas, la mujer que vivió 35 años más y aquella que no se sabe si existe. La obra es un gran sueño de tres mujeres que son una.
Para Mauricio Jiménez, en quien recayó la tarea del montaje, esta puesta en escena concreta el anacronismo y la atemporalidad; no se alcanza a distinguir si los personajes están vivos o muertos; se hace una referencia directa al escritor Juan Rulfo, quien afirmó que hay fantasmas que no son un invento, sino que están ahí y con ellos comemos.
El concepto de la dirección de Mauricio Jiménez, parte de la Revolución como un acto personal porque, en sus palabras. “el dolor de la muerte de un hermano y el hecho de matarnos entre nosotros, también es un asunto personal que debemos reflexionar y nos debe empujar a vernos la cara. Es brutal que a cien años nos estemos matando sin revolución, pero no ver claramente que aquí está habiendo una guerra por cambiar las cosas, es no entender la historia”.
El elenco de la CNT está integrado por Teresa Rábago, Carmen Mastache, Milleth Gómez, Rodrigo Vázquez, Juan Carlos Remolina, Andrés Weiss, Marco Antonio García, Constantino Morán, David Calderón, Ana Isabel Esqueira y Claudio Lafarga.
La CNT ofrecerá funciones este 1 y 2 de abril en el Teatro Universitario a las siete de la noche. La entrada tiene un precio de 150 pesos, con cincuenta por ciento de descuento para integrantes de la Red Cultura UCOL.
