APUNTES PARA EL FUTURO
Por: Essaú LOPVI
En una escena que más parecía una escenificación de la monarquía medieval que una transición política en pleno siglo XXI, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó el ‘bastón de mando’ de Morena a Claudia Sheinbaum.
El simbolismo detrás de este acto deja preguntas sin respuesta sobre el futuro de México bajo la sombra de un movimiento que se autodenomina «de transformación».
El presidente, quien se ha jactado de ser un hombre del pueblo, optó por un gesto que evoca el poder hereditario, como si estuviera pasando la corona a su sucesora.
López Obrador, -nieto de un español llegado a México en 1917-, y este acto de transferencia del poder, parecía más apropiado para una realeza europea que para una democracia moderna. ¿Es en serio?
Además la entrega del ‘bastón de mando’ tuvo lugar en un restaurante del Centro Histórico de la Ciudad de México, como si fuera una reunión de aristócratas en un palacio. Pero la realidad es que este acto no representa una verdadera transición democrática, sino un movimiento destinado a consolidar el poder en manos de una élite política.
Claudia Sheinbaum, si bien ha ocupado cargos de importancia, no es precisamente una figura ajena a la política tradicional. El proceso interno de Morena fue cuestionado por muchos, y el respaldo de López Obrador a Sheinbaum levanta dudas sobre si esta elección fue realmente justa y equitativa. ¿Estamos viendo un proceso democrático o una sucesión monárquica?
El ‘bastón de mando’ de Morena se supone que simboliza los deseos de cambio y transformación de los mexicanos y tendría un simil en los pueblos indígenas, pero su entrega de esta manera parece más un gesto vacío que una verdadera manifestación de voluntad popular. ¿Qué pasa con la diversidad de voces y opiniones en Morena? ¿Dónde queda la verdadera participación ciudadana en este proceso?
Además, el hecho de que Sheinbaum haya prometido «mantener el legado de López Obrador» plantea interrogantes sobre la independencia de su posible futuro gobierno -de ganar en las urnas el próximo 6 de junio del 2024-. ¿Seguirá México bajo el mando de una sola persona y su visión? ¿O habrá espacio para un debate genuino y la inclusión de diversas perspectivas?
La ausencia de Marcelo Ebrard, quien denunció irregularidades en el proceso interno de Morena, añade más dudas sobre la legitimidad de esta transición. ¿Fue realmente una elección justa, o estamos viendo una consolidación de poder disfrazada de democracia?
La entrega del ‘bastón de mando’ de Morena a Claudia Sheinbaum parece más una escenificación monárquica que una verdadera transición democrática. La Cuarta Transformación prometía un cambio profundo en la política mexicana, pero este acto deja la sensación de que el poder sigue en manos de unos pocos, y no en las del pueblo.