La crisis política en Grecia, una «tormenta perfecta»

En las últimas horas Grecia parece haberse sumergido en la tormenta perfecta: a la profunda crisis económica del país se añade una incertidumbre política en momentos en que el destino del país dentro de la Unión Europea se encuentra sobre la mesa de debate.

Según algunos analistas, esa tormenta también parece estar sacudiendo a la Unión Europea misma, que se ha visto en la inédita situación de pedirle a un país que decida si quiere o no seguir formando parte del bloque.

Papandreu se tambalea presionado por miembros de su propio gabinete, quienes están en desacuerdo con la decisión de convocar a un referendo que sometería a consulta popular el paquete de rescate acordado la semana pasada por líderes de la UE en Bruselas.

Este paquete, que implica una reducción del 50% de la deuda de Grecia a cambio de drásticas medidas de ajuste, parecía haber evitado el peor escenario que muchos temen: el default o cesación de pagos de Grecia.

En Cannes, donde se está llevando a cabo la reunión del G20, los líderes europeos no se esforzaron en esconder su frustración con la decisión del primer ministro de llamar a un referendo de manera «unilateral», «sin consultar» y sólo días después de que la cumbre de líderes europeos parecía haber puesto a la Eurozona en un mejor camino.

Por todo esto, quien está en la mira ahora es la persona que, hasta hace unos días, parecía haber «salvado» a Grecia.

El editor para Europa de la BBC, Gavin Hewitt, dice que Papandreu echó los dados, pero parece ser el peor perdedor de la jugada.

Hewitt afirma que Papandreu apostó a que la mayoría de los griegos, en ese referendo, votarían a favor del paquete de rescate.

Pero el impacto del anuncio del referendo fue tan grande que, muchos creen, está cerca de derribar al primer ministro cuando ni siquiera está confirmado que el referendo se realizará.

Si esa caída se produjera – y podría ser este mismo viernes, cuando el primer ministro se enfrente a un voto de confianza en el parlamento – Grecia podría entrar en una etapa crítica.

En este contexto, muchos en ese país parecen no dudar que Papandreu dejará su cargo pronto.

El jueves por la mañana, un miembro del parlamento, Dimitris Lintzeris, dijo que Papandreu «ya es historia».

Sísifo

El rol de Papandreu en la mayor crisis griega de los últimos tiempos lo hace parecerse al mito de Sísifo, quien hacía rodar una enorme piedra cuesta arriba y cuando estaba a punto de alcanzar la cima, la piedra caía hacia abajo, y así repetidamente.

Evangelos Venizelos.

Traducido a la crisis actual: el acuerdo alcanzado hace poco más de una semana en Bruselas por los líderes de la Unión Europea dio la sensación de que los problemas griegos, después de meses, estaban a punto de empezar a resolverse.

En ese momento, el default, que según muchos sería el peor escenario para Grecia, se había eliminado de la lista de posibles escenarios.

Pero apenas unas horas después del anuncio del acuerdo, Papandreu anunció el posible llamado a referendo.

Y esa sensación de optimismo -que había hecho subir los mercados de todo el mundo- se desvaneció y desató una reacción en cadena.

Otros líderes europeos y los mercados parecieron horrorizarse ante la posibilidad de que los griegos derrotaran en las urnas la solución a las que tanto les había costado llegar.

La piedra, así, volvió a caer – y esta vez, quizás cayó más bajo que nunca.

Según la enviada de la BBC a la reunión del G20 en Cannes, Stephanie Flanders, la presión ejercida por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel sobre Papandreu para que el referendo se refiera no sólo al paquete de rescate, sino a la pertenencia de Grecia en la Unión Europea fue una acción que pocos hubiesen imaginado hasta hace pocas semanas.

Este jueves, la Comisión Europea fue más allá, al afirmar – a través de una vocera – que si Grecia salía del euro, también debería salir de la Unión Europea.

Incertidumbre

Como resultado, el polémico llamado a referendo hecho por Papandreu quedó en entredicho y existen dudas de que finalmente vaya a llevarse a cabo.

Haris Daskalothanassis, ciudadano griego

La idea es que la consulta tendría lugar el 4 de diciembre, una semana antes de que Grecia tenga que desembolsar US$12 mil millones para un pago de bonos de deuda.

Todavía no está claro cuál sería la pregunta a la que deberían responder los griegos.

Y tampoco está claro cuáles serían los posibles resultados que arrojaría esa consulta.

Según expertos, las estimaciones afirman que el 70% de los griegos están a favor de permanecer en la Eurozona.

Pero, al mismo tiempo, un 65% por ciento está en contra del paquete de rescate para Grecia.

En medio de la incertidumbre, muchos creen que si el gobierno de Papandreu cae, el gobierno de unidad nacional que podría sucederlo abandonaría los planes de llevar a cabo un referendo.

Y para los ciudadanos griegos, todo parece estar desarrollándose como una pesadilla.

«Nuestras vidas han sido un infierno por dos años: inestabilidad, incertidumbre y miedo al mañana», escribió Haris Daskalothanassis desde Atenas en un foro de la BBC sobre el tema.

«Los griegos estamos cansados. Necesitamos estabilidad, responsabilidad y eficiencia de parte de nuestra clase política, saber dónde está parado verdaderamente el país y una indicación de hacia dónde vamos».

Con información de CNN

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