Ciudad de México.- La escuela debe recuperar el papel central en la formación y difusión de valores sociales y de convivencia, afirmó José Woldenberg, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Señala que si no lo hace ella, no lo harán la familia, los medios, las redes sociales, ni los centros de trabajo.
Los comentarios se hicieron al presentar los resultados que obtuvo México en el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana 2016.
En la mesa organizada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), destacó que la escuela ha venido perdiendo la centralidad en el proceso de sociabilidad de los niños y jóvenes, y que una manera de recargarla es subrayando la educación cívica que durante muchos años fue despreciada y que desapareció.
Dijo que es en la escuela donde los niños y jóvenes se deben de apropiar de los valores y principios que hacen posible un sistema democrático y comentó que en los resultados presentados, el principal medio para que los jóvenes se enteren de la política sigue siendo la televisión.
Finalmente, resaltó que el abuso en la escuela es un aspecto nodal, pues muchos jóvenes la están pasando mal.
Al presentar los resultados del estudio, el director general de Evaluación de Resultados Educativos del INEE, Andrés Sánchez Moguel, manifestó que preocupa que una proporción de jóvenes mexicanos mayor a la media internacional no considera la ‘obediencia a la ley’ en la definición de buen ciudadano.
Los alumnos mexicanos de segundo grado que participaron en esa evaluación definen que un buen ciudadano trabaja duro, asegura el bienestar económico de la familia, apoya a personas que están en condiciones menos favorables, y se involucra para ayudar a otros países de menor desarrollo.
De acuerdo con los resultados, los adolescentes mexicanos confían, en orden de mayor a menor, en los medios de comunicación, en las personas, en las redes sociales y en los partidos políticos.
Estableció que la escuela es un sitio más hostil en México, pues prácticamente todos los indicadores (apodo ofensivo, burla, ataque físico, romper pertenencias, fotos ofensivas en internet), son superiores a los que presentan la mayoría de los países que participaron.
La solidaridad es un valor fundamental que debe potenciarse y sobre la cual pueden establecerse programas de formación en valores propios de la convivencia y de la vida democrática.
En su oportunidad, Silvia Conde, del colectivo Albanta, consideró que la escuela mexicana es central y autoritaria, y que en México se está dando el aprendizaje social de la protesta. Por ello, dijo que es necesario analizar en qué han fallado las vías institucionales para que los jóvenes opten por este recurso para ser atendidos. BP