La generación post-apartheid vota por primera vez en Sudáfrica

Los llamados sudafricanos «Nacidos Libres» del apartheid votaban el miércoles por primera vez y los sondeos sugerían que el Congreso Nacional Africano triunfará incluso entre quienes no tienen memoria del gobierno de la minoría blanca.

Votantes jóvenes y viejos enfrentaron el frío de la mañana para realizar largas filas en todo el país, evocando las largas colas formadas en las calles y los campos para las históricas elecciones multirraciales de Sudáfrica en 1994.

«Es muy bueno votar por primera vez. Ahora tengo voz en la elección del país y sobre lo que está pasando. Es algo nuevo en mi vida», dijo Mawande Nkoyi, de 18 años, de los autoproclamados «Nacidos Libres» del apartheid, en el distrito de Langa, en Ciudad del Cabo.

La votación finaliza a las 1900 GMT y una idea firme del resultado debería conocerse hacia el mediodía del 8 de mayo, aunque hay pocas dudas sobre el desempeño de los comicios.

Los sondeos sitúan al Congreso Nacional Africano (ANC, por su sigla en inglés) en cerca del 65 por ciento, sólo apenas por debajo del 65,9 por ciento que obtuvo en la elección de 2009 que llevó al presidente Jacob Zuma al poder.

La perdurable popularidad del ANC ha sorprendido a analistas que decían que el partido podría sufrir mientras su glorioso pasado se desvanece en la historia y los votantes se enfocan en cambio en el lento crecimiento económico y una serie de escándalos que han salpicado el primer período de Zuma.

La economía más sofisticada de África ha luchado por recuperarse de una recesión de 2009, su primera desde 1994, y los esfuerzos del ANC por estimular el crecimiento y combatir un 25 por ciento de desempleo se han visto dificultados por sindicatos poderosos.

La agencia anticorrupción de Sudáfrica acusó este año a Zuma de «beneficiarse excesivamente» de una actualización de seguridad por 23 millones de dólares financiada por el Estado de su residencia privada en Nkandla, en su provincia natal de KwaZulu-Natal, que incluyó una piscina.

Zuma ha negado cualquier accionar indebido, defendió la remodelación de su casa y dijo que las acusaciones en su contra eran injustas considerando la importancia de proteger a cualquier jefe de Estado.

El mandatario dijo a periodistas el lunes que la controversia de Nkandla «no era un tema para los votantes».

Sus índices de aprobación personal cayeron, pero Zuma parecía relajado y seguro al votar en un colegio cerca de Nkandla, poniendo fin a lo que llamó una campaña «muy desafiante».

«Espero que todos los votantes depositen sus votos libremente», dijo a periodistas. «Este es nuestro derecho por el que peleamos», agregó.

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