Bajo el Sol
Por: Carlos AGUIRRE
Créanme que no es intención, ni propósito.
Como dijo Peña Nieto, no es que uno se levante pensando ¿A quién me voy a chingar hoy? Pero se ponen de pechito, va uno llevando el día, enfrentando el devenir y de pronto, sucede algo, y pues, inquieto el muchacho, risueño y le cuentan chistes ¿Qué hacer? ¡Pues, reír!
¿Recuerdan cuando a aNlo se le ocurrió enfrentar al huachicol? No le importó paralizar el país, cortó la cadena de suministro de combustibles, mandó a Marcelo a comprar pipas, entre otras espectaculares acciones y según él, resolvería el problema para siempre. A 6 años de aquella vitoreada acción, (vitoreada por sus escribanos pagados), el huachicol está peor que nunca, ahora lo hacen a la vista de todos y si algo cambió, fue a quién se reportan los ingresos de esas compras ilegales. ¿Imaginan a quién? (Pienso igual que Usted).
Después, en una acción similar, suspendió las compras de medicinas, para “evitar la corrupción” -dijo- y lo único que evitó fue que los centros de salud tuvieran medicinas. Inició un período de desabasto como nunca en la historia de nuestro país, muchísimas personas han muerto a consecuencia de ello, pero no le importó, al cabo los muertos no votan.
La joya de la corona fue la megafarmacia del bienestar; aNlo adquirió unos almacenes sin uso y los rotuló pensando que con el puro letrero llegarían las medicinas al hospital. Muy pocas recetas se han surtido de ese elefante rosa (de ese color está pintado el inmueble) y se gastó más dinero en la publicidad, que en la compra de medicamentos. ¡Otra raya más al tigre! (Igual que las otras, rápido se pierde entre tantas).
Escribí al inicio de esta colaboración, que no es intención molestar a nadie; lo dije porque hoy en la mañana, escuchando la radio, oigo a la gobernadora quejándose de los trabajadores del Hospital Regional Universitario de negar medicinas y “mandar a la gente a hospitales privados”, me acordé de Simón, el gran varón, ¡…vaya que error…! y es que más pronto que tarde, el sindicato y el cuerpo médico se unió en torno a los compañeros, sobre los que pesa una investigación -dijo-, pero como nunca particularizó nombres, entonces la pedrada era contra todos. Y así, los trabajadores todos, negaron la responsabilidad por la falta de medicinas e insumos médicos y colocaron mantas y se quejaron en las redes, con razón. Luego hubo un comunicado del IMSS, es que el HRU ahora es de ellos, el contador, secretario de salud, dijo, “calladito, me veo más bonito”.
Que fácil es repartir culpas ¿No?
Curioso es que, el mismo día, no recuerdo si desde antes de la rueda de prensa que bateó el panal, circuló la noticia de que había llegado un cargamento enorme de medicamentos e insumos. Me pregunto, ¿Si llegaron, es porque no había, o por qué tanto alboroto? Y sí, la misma señora lo confirma, al decir que espera que en marzo se normalice el abasto a un 85%, o sea que no había en suficiencia, por lo tanto, no era que los trabajadores de la salud negaran el medicamento, sino que, en realidad no lo había. Tan no lo había, que la misma gobernadora apeló a la comprensión de la gente, pidiendo paciencia, pero que ya en marzo se resuelve. ¿Cómo ahí, que?
Se ha hecho tan fácil mentir, tratar de esquivar las cosas, eludir la responsabilidad.
Casualmente, ayer fue un día particularmente especial, pues mientras en Colima, nos desgastamos viendo quien tiene la culpa por la falta de medicinas, los senadores de Morena y su gavilla (cuadrilla, pandilla, panda, patulea, chusma, caterva) de secuaces se robaban los fondos de vivienda del Infonavit, para construir a su antojo las viviendas del bienestar…con dinero ajeno, robado a todos los trabajadores. Sí, el dinero mío, el de Usted, el de sus conocidos trabajadores.
Y ¿Sabe qué? Esos que dijeron que ahora es su turno y votarían por ti, lo hicieron de nuevo, votaron por ellos, solo para quedar bien. Recuerde, quienes roban ahora su cuenta de vivienda de Infonavit y próximamente la de Fovissste, son los mismos que se robaron los ahorros de las pensiones, LOS LEGISLADORES DE MORENA Y SUS ALIADOS.
¡Qué cosas! ¿Qué sigue? Estemos pendientes.
Nos vemos pronto, bajo el sol.