Investigadores británicos de la Universidad de Oxford analizaron 57 estudios mayormente en Europa y América del Norte que siguieron el desarrollo de un millón de personas durante un promedio de 10 a 15 años. Durante ese tiempo, unos 100 mil sujetos murieron.
Los estudios utilizaron el índice de masa corporal (BMI, en inglés), una medida que divide el peso en kilogramos por la altura en metros para determinar la obesidad. Los investigadores hallaron que las tasas mortales eran menores en las personas con un BMI de 23 a 24, en el extremo elevado del rango normal.
Las autoridades sanitarias suelen definir el exceso de peso como un BMI de 25 a 29, y la obesidad para quienes tienen 30 o más.
¿Cómo y cuándo mata el sobrepeso?
El estudio fue publicado en la edición en Internet de la revista médica Lancet. Fue financiado por el Consejo Británico de Investigación Médica, la Fundación Británica Cardíaca, la Investigación Oncológica del Reino Unido y otras instituciones.
«Si te encaminas a la obesidad, podría ser buena idea perder peso», advirtió Richard Peto, jefe de estadística del estudio y profesor en la Universidad de Oxford.
Peto y sus colegas hallaron que las personas moderadamente gordas, con un BMI de 30 a 35, perdieron unos tres años de vida. Las personas con gordura extrema (con un BMI superior a 40) perdieron unos 10 años de su expectativa de vida, similar al efecto de haber fumado siempre.
Las personas con obesidad moderada tenían un 50% más de probabilidad de morir prematuramente que la gente de peso normal, observó Gary Whitlock, el epidemiólogo de la Universidad de Oxford que condujo el estudio.
Dijo que la gente obesa también tenía dos tercios más de probabilidad de morir de un ataque cardíaco o de apoplejía, y cuatro veces más de morir de diabetes y problemas renales o hepáticos y otras complicaciones. Su probabilidad de morir de cáncer era de una sexta parte más.
«Esto pone de manifiesto realmente la importancia de la ganancia de peso», dijo el doctor Arne Astrup, profesor de nutrición en la Universidad de Copenhague, que no participó en el estudio de Lancet. «Aun un pequeño aumento en el BMI es suficiente para aumentar los riesgos de enfermedad cardiovascular y cáncer».
Estudios previos hallaron que las tasas mortales aumentan tanto encima como por debajo de un BMI normal, y que la gente moderadamente excedida de peso vive más que la gente de peso normal o de peso escaso.
Otros expertos dijeron que como los informes utilizados en el estudio empezaron mayormente entre 1975 y 1985, sus conclusiones no eran tan relevantes en la actualidad.
Astrup se preocupó de que las tasas crecientes de obesidad puedan revertir las fuertes caídas en casos de enfermedad cardíaca observadas en occidente.
«La gente debe conocer los riesgos que corre con el aumento de peso», afirmó.