Tecomán.- A un año de que su nombre saltó a la agenda pública por ser la primera transexual reconocida legalmente como mujer en Colima, nada, o muy poco, ha cambiado en la vida de Regina Zoe.
Y es que, a pesar de tener un acta de nacimiento y una credencial de elector fieles con su identidad sexual femenina, su condición es una limitante a la hora de conseguir empleo y la discriminación es su pan de cada día.
“Ha sido muy difícil, súper difícil, la falta de oportunidades de empleo, primero porque no tenía la identificación que me avalara como legalmente mujer y ahora ponen pretextos por lo físico, que la voz o que esto, no les importa que tenga credencial sino que seas bien mujer, con vagina”.
AFmedios entrevistó a Regina cuando realizó el trámite para cambio de identidad civil en la Ciudad de México el 31 de marzo de 2015; cuatro meses después, el 31 de julio recibió por correo el acta de nacimiento con su nuevo nombre y reconocida como mujer.
Un año después, la mujer tecomense asegura que ha llevado solicitudes de empleo a todo tipo de empresas: casinos, de electrodomésticos, casas de empeño y a las propias instancias gubernamentales, pero le han cerrado las puertas, a pesar de ser Licenciada en Derecho.
“Aquí yo me dedico a maquillar y peinar y de lo que gano, hay temporadas buenas, seis, siete, ocho trabajos en un día, ahorro dinero; he ido a la oficina estatal de empleo y jamás me han ayudado”, dijo entrevistada por esta agencia.
Ahora tiene un juicio contra el Registro Civil del Ayuntamiento de Tecomán para dar de baja su anterior acta de nacimiento y poder con eso tramitar ante la SEP la actualización de sus datos en sus certificados de estudios, pero la comuna se niega a reconocerla así.
“La demanda ya se hizo, se demandó al registro civil del Ayuntamiento y ellos no están reconociendo mi cambio legal, están haciendo una discriminación, dicen que reconocen solo a quien nace mujer”.
Regina Zoe aspira a un empleo estable, pueda tener seguridad social e Infonavit; está consciente de que tiene capacidad y talento, solo pide una oportunidad: “ya voy para los 30 años y no tengo nada, parece que en mi lucha, estoy sola”.
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