LA REDONDA

Silverio y el deporte

Alex Carbajal Berber

El período de Silverio Cavazos como gobernador del estado de Colima tuvo bastante ajetreo en materia deportiva. La premisa fundamental fue privilegiar el presupuesto estatal del deporte al futbol profesional y a eventos deportivos internacionales.

Así como el antecesor y amigo de Silverio, Gustavo Vázquez Montes, le dio gran impulso al futbol profesional de Primera A con el proyecto de Huracanes de Colima, Cavazos Ceballos intentó emular esta acción con Tuberos Real Colima. Aunque bien intencionado, son demasiados los intereses económicos que se generan en torno a una franquicia de Liga de Ascenso o Primera División, sobre todo cuando un gobierno estatal está dispuesto a financiarlo.

Lastimosamente, un proyecto que pretendía darle oportunidades a jugadores profesionales de Colima y buscar las posibilidad de otorgar futbol de Primera categoría a la afición colimense, se fue al traste, mucho por el grupo de asesores externos que tuvo el gobierno estatal, y por el poco apoyo financiero de las empresas locales. Todo esto generó una gran erosión financiera al presupuesto del deporte estatal, y como resultado, dicha franquicia ahora vagabunda en Hermosillo, Sonora, bajo el nombre de Guerreros, sin el interés real de ningún particular.

Además del futbol de Liga de Ascenso, el otro proyecto ambicioso del paso de Silverio Cavazos por Palacio de Gobierno fue el Norceca 2007 de voleibol de sala femenil, que se disputó durante más de quince días en el Polideportivo de la Universidad de Colima, con la participación de 16 selecciones nacionales del continente.

La “inversión” del gobierno estatal fue cuantiosa, el resultado deportivo fue mejor de lo esperado, sin embargo, lo único que podría reprobarse es que la repercusión nacional fue menor a lo que se había pensado, especialmente porque dejaron ir el interés de TV Azteca por transmitir el torneo. Sin embargo, pese a todo, fue loable el interés por traer un evento de tal magnitud, con todos los riesgos que conlleva. El éxito inmediato fue tan bien visto en lo local, que el mismo Silverio expresó en el día de la clausura de dicho evento que habría un Norceca de voleibol de sala, en 2009. Para cuando llegó la fecha, las condiciones financieras no permitieron que hubiera otro torneo igual, aunque el gobierno estatal sí apoyó más versiones del Norceca, específicamente en el voleibol de playa.

Su gusto por diferentes disciplinas lo distinguía de otros servidores públicos, que ven al deporte como algo poco útil políticamente. Él, por el contrario, siempre creyó que el deporte termina beneficiando de alguna manera a toda la sociedad.

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