Lo anterior fue incluido dentro de las críticas y aportes a la sesión expuesta por el maestro en geografía y académico de ciencias de la U de C, Juan Carlos Gavilanes Ruiz, quien presentó reportes emitidos por expertos como Ben Wiesner sobre los errores u omisiones que tuvo Japón antes, durante y después del sismo.
“Sólo el doce por ciento de los localidades costeras de Japón tenían elaborados sus mapas de amenazas, es decir sólo 122 de 991 comunidades, y de éstas sólo algunas conocían las rutas de evacuación”, dijo el experto a la concurrencia y refirió que en otros casos, como en el del sismo en Kobe, Japón en 1999, centros de monitoreo con bastante desarrollo tecnológico quedaron inoperantes porque no llegaron los operadores después del temblor.
Al respecto, Jesús Manuel Macías del CIESAS, coincidió con la idea del mito japonés y lanzó la pregunta de por qué se ha generado y mantenido esa imagen en ese país. Agregó que se percibe mayor desastre en Japón cuando la verdad en datos es que el tsunami de Sumatra fue de mayor magnitud en todos los aspectos. “Japón, un país con cámaras por todos lados, dio esta percepción en todo el mundo”.
La conclusión sobre lo acontecido en Japón, reiteró Juan Carlos Gavilanes, fue que la tecnología no resuelve ni salva de los desastres, porque todo lo preparado falló, por lo que invitó a los estudiantes de la licenciatura en ciencia ambiental y gestión de riesgo a indagar sobre desastres nucleares en la historia y agregarle los matices de sismos, tsunamis y hasta terrorismo, porque en México existe una planta nuclear.
Por su parte, el alumno de esa licenciatura, Walter Alfredo Mayoral Ponce, expuso las generalidades del sistema de alerta a tsunamis en Cuyutlán, Colima. Él participó con la Dirección Operativa del Sistema de Protección Civil Estatal en darle seguimiento al flujo de información sobre la alerta de tsunami a las playas principales y sectores involucrados.
“No existe un plan de contingencia pero sí buen flujo de información; hay rutas señaladas, albergues y transporte para evacuación identificados, sin embargo la gente se encuentra influida por los medios masivos de comunicación y falta una red de radiocomunicación específica para cada eventualidad”, concluyó Mayoral Ponce sobre esta experiencia.
Al respecto Nick Varley, profesor investigador de la Facultad de Ciencias, enfatizó en poner atención a otros factores ante un tsunami, donde la altura de la ola es sólo uno de ellos. Pidió también fijarse atentamente en la energía interna con que llega la ola y que tiene que ver con la penetración y, en consecuencia, con la destrucción, y agregó el factor de la longitud de onda de la ola que puede ser desde un metro hasta miles de metros.