Consumir vitamina E durante los estadios iniciales del Alzheimer retrasó en unos seis meses el deterioro de la capacidad de los pacientes de realizar las tareas básicas durante un nuevo estudio.
«Será muy interesante ver cómo modificará la práctica», dijo el autor principal, doctor Maurice Dysken, exdirector del Centro de Investigación, Educación y Práctica Clínica Geriátrica del Sistema de Salud de Asuntos del Veterano de Minneapolis.
«Pienso que lo hará, pero tendremos que ver cómo los profesionales y los pacientes ven estos resultados», agregó.
En JAMA, los autores publican que estudios previos habían hallado que la vitamina retrasa el avance de la enfermedad en personas con Alzheimer moderadamente grave. Sin embargo, el suplemento no logró retrasar la transición al Alzheimer en pacientes con deterioro cognitivo leve, previo al Alzheimer.
Para comprobar si la vitamina E o su combinación con memantina, un fármaco aprobado en Estados Unidos para tratar el Alzheimer, retrasaría el deterioro cognitivo en pacientes con formas leves a moderadas de la enfermedad, el equipo de Dysken reunió a 613 participantes de 14 centros médicos de Asuntos del Veterano entre agosto del 2007 y marzo del 2012. Ninguno utilizaba anticoagulantes, que elevan el riesgo de sangrado cuando se combinan con la vitamina E.
Al azar, los dividieron en cuatro grupos: uno utilizó 2000 UI diarias de vitamina E (una dosis mucho más alta que las 30 UI que aportan las multivitaminas), el segundo grupo recibió memantina, mientras que el tercero utilizó la combinación de vitamina E y memantina, y el cuarto grupo recibió un placebo.
Los autores utilizaron una escala estandarizada para determinar la capacidad de realizar las tareas cotidianas.
A los 2,3 años, el proceso de deterioro se había retrasado significativamente sólo en el grupo tratado con vitamina E únicamente versus placebo. La diferencia equivalía a seis meses, en los que los pacientes pueden ducharse o vestirse sin ayuda. Los cuidadores de los participantes tratados con vitamina E solamente también experimentaron un aumento más pequeño que en los otros grupos de la cantidad de tiempo que los pacientes necesitaban asistencia.
«Es un estudio muy bien realizado, pero con resultados modestos», opinó el doctor Ronald Petersen, que no participó del estudio.
Petersen, que dirige el Centro de Investigación del Alzheimer de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, señaló que es necesario comparar los riesgos con los beneficios y citó un estudio previos que había identificado un aumento del riesgo de muerte en los usuarios de la vitamina. Pero el nuevo estudio no lo detectó.