Las lecciones del gran tsunami del océano Índico

A 20 años del fenómeno más grande en su tipo que se haya podido documentar, el Centro Nacional de Prevención de Desastres recuerda las lecciones que dejó a la comunidad mundial.

El 26 de diciembre de 2004 a las 07:58:53 horas (h), tiempo local de Indonesia (00:58:53 UTC; 18:58:53 del 25 de diciembre, tiempo de México) se registró un sismo de magnitud 9.1 frente a la costa occidental del norte de Sumatra. Este terremoto fue producto de la ruptura repentina de una sección de 1300 kilómetros (km) de la zona de subducción entre la placa de la India y la microplaca de Birmania (Referencias 1, 2, 3, 4 y 5).

La ruptura sísmica desencadenó el tsunami más destructivo que se haya documentado con alturas de onda que alcanzaron hasta 30 metros (m) en algunas zonas, estas ondas se propagaron por el océano Índico y afectaron 14 países (Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia, Somalia, Maldivas, Malasia, Myanmar, Tanzania, Seychelles, Bangladesh, Yemen, Sudáfrica y Kenia), causando una devastación generalizada, el desplazamiento de más de 1.6 millones de personas, más de 230 mil víctimas mortales y pérdidas económicas estimadas en 14 mil millones de dólares de aquel tiempo (Referencias 3, 4, 5, 6 y 7).

Un aspecto muy importante que se observó, fue el desconocimiento de este fenómeno natural. En esos años, en esa región del mundo, el conocimiento de las rutas de evacuación en caso de tsunami era limitado, las investigaciones eran poco difundidas y no existían políticas públicas para este fenómeno. En otras palabras, población y autoridades se encontraban desinformadas y poco preparadas.

Como parte de la respuesta se implementaron diversas políticas públicas, de las cuales, a nivel internacional destacan:

En enero de 2005 en la ciudad japonesa de Kobe, se estableció el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres, primer acuerdo mundial de gran alcance sobre la reducción de riesgos desencadenados por fenómenos de origen natural, incluyendo los tsunamis (Referencia 8).

En junio de 2005 la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) creó oficialmente el Sistema de Alerta contra los Tsunamis y Atenuación de sus Efectos en el Océano Índico (IOTWMS, por sus siglas en inglés, Referencia 8).

Tras ocho años de colaboración y desarrollo internacional, facilitado y coordinado por la UNESCO, el IOTWMS entró en pleno funcionamiento el 31 de marzo de 2013 con proveedores de servicios de tsunami (TSPs) establecidos por Australia, India e Indonesia (Referencia 4).
Por otra parte, en el caso de México destacan:

Desde 1965 México es miembro fundador del Sistema de Alerta contra Tsunamis en el Pacífico (PTWS, por sus siglas en inglés; Referencia 9).
En marzo de 1998 el Comité Científico Asesor del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) sobre Fenómenos Perturbadores de Origen Geológico elaboró y aprobó la recomendación RG/04/08 sobre Detección, Monitoreo, Alerta y Prevención de Tsunamis en México (Referencia 9).

El 24 de febrero de 2005 la Coordinación General de Protección Civil y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), constituyeron un Grupo Interinstitucional para tsunamis en México, con el objetivo de elaborar un Esquema de Coordinación Nacional y establecer un Plan Operativo Preliminar Emergente que permitió implementar las actividades operativas mencionadas en la recomendación RG/04/98 (Referencia 9).

El 8 de mayo de 2012 se crea el Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis (SINAT) como una instancia que integra estructuras, relaciones funcionales, métodos y procedimientos entre dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, con el objeto de coadyuvar al cumplimiento de los objetivos del Sistema Nacional de Protección Civil (Referencia 10).

El Centro de Alerta de Tsunamis (CAT), dependiente de la Secretaría de Marina, inició operaciones el 8 de mayo de 2012 (Referencia 10).
México es generador y receptor de tsunamis a lo largo de sus costas; conforme al catálogo de tsunamis históricos del Centro de Alerta de Tsunamis (CAT) dependiente de la Secretaría de Marina, en los últimos 300 años se ha registrado el arribo de más de 60 tsunamis.

El sismo y tsunami en el día de San Sixto (27 de marzo de 1787) de magnitud estimada entre 8.4 y 8.6, ha sido el evento tsunamigénico con la mayor altura del país, la cual alcanzó los 18 m con una inundación aproximada de 6 a 8 km tierra adentro (Referencia 11).

¿Y tú, estás preparado? Si vives en una zona costera o pretendes viajar a una ¡infórmate!

Los sismos no se pueden predecir, por eso debemos estar siempre preparados. Elabora un plan familiar de protección civil y cuenta con una mochila de emergencia acorde a tus necesidades y la de tú familia.

Medidas de seguridad ante la alerta de un Tsunami


Antes:

Investiga la altura sobre el nivel del mar del lugar donde resides

Identifica las rutas de evacuación hacia lugares altos

Elabora un plan familiar de evacuación y protege a niñas, niños, adultos mayores, así como a los animales

Identifica edificios y lugares altos que te servirán de refugio temporal

Durante:


Aléjate de las zonas costeras bajas y de mayor peligro como son las playas: no todos los terremotos generan tsunamis, si recibes una alerta de tsunami o si sientes un terremoto fuerte que te dificulta mantenerte en pie, el terremoto mismo es la alerta: aléjate de las playas y de las zonas costeras bajas

Procura alejarte de áreas peligrosas mientras dura la alerta: Aléjate de desembocaduras de ríos o arroyos. Si te encuentras en áreas bajas como deltas de ríos o barras de arena y no te da tiempo para alcanzar un lugar seguro en la colina, busca un edificio y sube al piso más alto

Ten cuidado con los cambios en el nivel del mar: Si aumenta o disminuye repentinamente el nivel del mar quedando al descubierto el lecho marino, esta es la señal natural del arribo inminente de un tsunami. No vayas a explorar el lecho marino, aléjate inmediatamente de la playa

Nunca vayas a la playa a observar un tsunami: no podrás escapar y puede ser lo último que veas. En unos minutos el tsunami empieza a inundar con gran velocidad, desplazándose tierra adentro más rápido de lo que una persona puede correr. No uses tu automóvil, desaloja a pie, puede haber caminos bloqueados por congestión vehicular

Permanece atento a las noticias que se emitan por radio y televisión durante una alerta de tsunami: Estas indicaciones pueden salvar tu vida. La experiencia indica que las víctimas de los tsunamis han sido en su mayoría personas que ignoraron los avisos de tsunami
Evita el pánico en caso de evacuación y coopera con las autoridades en lo que respecta a las indicaciones que proporcionan para escapar a lugares seguros

En los lugares en los cuales el tiempo para evacuar hacía tierras altas no sea suficiente, deberás refugiarte en edificios altos, debiendo asegurarte que las puertas y ventanas se encuentren abiertas para la libre circulación del agua y no afecte a la estructura

Atiende las instrucciones y recomendaciones de Protección Civil

Después:

Conserva la calma; tranquiliza a tus familiares

Permanece fuera de las áreas de desastre. Tu presencia podría entorpecer las acciones de auxilio y rescate

Si las autoridades te lo solicitan, presta completa ayuda a las organizaciones de socorro, protección civil, y autoridades militares y navales

Inmediatamente reporta los heridos a los servicios de urgencia

No tomes agua ni comas alimentos que hayan estado en contacto con el agua del mar

Mantén desconectados el gas y la electricidad hasta asegurarte que no haya fugas ni peligro de cortocircuitos

Antes de conectar tus aparatos eléctricos, cerciórate de que estén secos

Informa de los daños al drenaje y a los sistemas de agua potable

Acata las instrucciones emitidas por las autoridades a través de la radio, televisión u otro medio de difusión

No divulgues ni hagas caso a rumores