Por: Noé Guerra Pimentel
Más que la conocida historia distorsionada y el territorio constantemente agredido y despojado desde fuera y adentro, y muy a pesar de muchos de los gobiernos que desde la fundación novohispana hará medio milenio dio origen a esta raza mestiza que hoy somos, México es, con su más de un millón 964 mil kilómetros cuadrados del actual territorio bañado por más de 11 mil 122 kilómetros de litoral entre dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, al golfo de México y al mar Caribe, lo que lo hace el país con más costa y el 14º país más grande del mundo y, por ello, la gran matria que nos parió y nuestra imprescindible patria que nos da esencia y motivos de ser.
México, con todos sus primeros lugares mundiales en producción y exportación de plata, aguacate, pantallas planas y cerveza, además de contar con la salinera más grande y la frontera más transitada del mundo, también cuenta, entre otras, con el mural más grande del mundo, el de Juan O´Gorman en la biblioteca central de ciudad universitaria en la UNAM y el puente el Baluarte que une a Durango con Sinaloa y que es el más alto del mundo, el mayor reciclador de PET a nivel mundial, mantenemos el octavo lugar en producción de automóviles y en generación de energía eólica y también es, aún, el país más más influyente de Sudamérica y uno de los 20 considerados con esta excepción a nivel mundial.
Lo somos porque con el primer nativo datado hace 30 mil años en esta región actualmente habitada por aproximadamente 127.9 millones de individuos entre los que hablamos 68 lenguas con 264 variantes, nos hace la 17ª nación con mayor variedad lingüística mundial y porque, como los otros 12 millones de connacionales que por diversas circunstancias radican en otras partes del mundo, nos enorgullece tener la mayor biodiversidad con el 10% de todas las especies del planeta entre los más de 26 mil tipos de plantas, 282 especies de anfibios, 707 de reptiles y 439 de mamíferos, siendo en este sector líderes mundiales en la lucha contra el cambio climático, según se reconoció en la cumbre de París de 2015.
Una condición inmejorable que sin duda atrae a nivel internacional, pues en los últimos años nuestros puertos turísticos consolidaron al país como el número uno para el turismo de cruceros, mismo que junto con las otras áreas del sector, entre los que como atractivos se encuentran nuestros más de cien pueblos mágicos, las 45 ciudades históricas, los incontables llamativos sitios arqueológicos (37 mil 266 catalogados por el INAH y cuyos vestigios se documentan con una antigüedad mayor a los 30 mil años) y las inigualables regiones naturales, el año pasado colocó al país en el primero a nivel Latinoamérica y el octavo como el más visitado mundialmente, con un promedio anual de 35 millones de turistas internacionales.
Gente que viniendo de diferentes latitudes llega a esta tierra y se llena los ojos con nuestros múltiples rituales cotidianos y se sorprende con los protocolos tradicionales característicos de cada región, que van desde las festividades religiosas hasta las fiestas profanas salpicadas de ferias, convites pueblerinos y celebraciones onomásticas entre las que destacan las representaciones folclóricas y sus sonidos; gente que viene y se lleva todos los colores del ser mexicano como los sabores de nuestra dilatada gastronomía, esa misma que, para orgullo nacional, hará una década fue declarada patrimonio cultural inmaterial del mundo.
Muchos son los motivos para celebrar a México, aquí solo enuncié unos cuantos, quizá ni siquiera los más significativos, pero lo más importante es, sin duda, sabernos que somos nosotros esa reza mestiza producto de mucha sangre que ha forjado esta nación que como todas hoy se debate en sus contradicciones pero que en la balanza es más y mejor y que es el lugar que les vamos a heredar a los nuestros y que de nosotros depende que sea mejor ¡Viva México!