Suiza.- Al igual que el director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, quien aseguró que un mercado laboral sin justicia social amenaza la paz, varios líderes mundiales han hecho distintas propuestas para contribuir a atajar la creciente desigualdad.
Macron y la cooperación internacional
En su intervención ante la Conferencia Internacional del Trabajo, que reúne en Ginebra a cinco mil 700 representantes de Gobiernos, trabajadores y empleadores de 187 países, el presidente francés, Emmanuel Macron, habló de la necesidad de “un cambio fundamental” del mercado laboral para “abordar la creciente brecha entre los que tienen y los que no”.
Tras insistir en que el mundo afronta “una crisis profunda”, el presidente francés advirtió que es en este tipo de situaciones en las que el autoritarismo aparece para ofrecer soluciones fáciles, tales como la construcción de muros y acabar con la cooperación entre países.
Indicó que la economía de mercado en la que vivimos es mucho menos social de lo que queríamos al final de la Segunda Guerra Mundial y está llevando a una mayor acumulación de riqueza y al corporativismo.
Macron explicó en que la acumulación de riquezas en manos de unos pocos ha creado “una ley de la jungla” que ha abierto la puerta al nacionalismo, la xenofobia y la desilusión con la democracia”.
En este contexto, defendió la creación de un salario mínimo para la Unión Europea, con el objetivo de defender la solidaridad internacional y luchar contra la desigualdad.
Merkel propuestas laborales para migrantes
La canciller alemana, Angela Merkel, aplaudió el espíritu de la Organización Internacional del Trabajo, de la que dijo ha hecho del mundo un lugar mejor desde que fue fundada tras la Primera Guerra Mundial, y de la que destacó se necesita más que nunca.
La globalización también ha creado inequidades que han conducido a que 232 millones de trabajadores migrantes sean explotados en sectores tales como la construcción y el trabajo doméstico, comentó la canciller alemana. Además, destacó el hecho de que unos 700 millones de personas viven en la pobreza a pesar estar trabajando.
La guerra contra la pobreza requiere que se lleve a cabo con un vigor implacable dentro de cada nación y mediante un esfuerzo internacional continuo y concertado.
Medvedev por la reducción de horas laborales
Haciéndose eco de la necesidad de la cooperación entre los distintos Estados, el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, resaltó la necesidad de un entendimiento común sobre los desafíos que plantea el mundo moderno al mercado de trabajo, en referencia a la tecnología de los automóviles sin conductor que pone en riesgo el trabajo de millones de conductores de taxis y camioneros.
Y recordando la experiencia de Rusia con la revolución hace más de 100 años, el mandatario ruso observó que responder a las necesidades de los trabajadores y las demandas de la sociedad es crucial, ya que ignorarlos «lleva a lamentables ramificaciones».
Entre las medidas que Medvedev cree que se tomarán figuran la semana laboral de cuatro días, de la que dijo es muy probable que sea la base de un nuevo contrato social y laboral.
A su vez recordó que hace cien años, Henry Ford decidió reducir la semana laboral de 48 a 40 horas y recibió un impresionante aumento en la productividad laboral. Hay ejemplos más recientes.
“Una empresa de Nueva Zelanda ha introducido una semana laboral de cuatro días. El tercer día de descanso fue pagado de la misma manera que los otros dos. Como resultado, el aumento de la productividad en términos de una hora de tiempo de trabajo fue de alrededor del 20%. Además, el nivel de estrés de los empleados ha disminuido considerablemente”. BP